XIX
Milagro:
// suceso o cosa rara y maravillosa.//
Ideas afines: sobrehumano, excepción, aparición, fénix, magia, misterio.
Lo pisé sin darme cuenta. Lo estiré con
cuidado, lo abrí. Quedaban dos. Enciendo uno y doy una pitada larga, larga.
Siento cómo el humo entra en mi boca, cómo contamina mis pulmones y me provoca
una discreta tosecita.
Camino por el andén como una diva de los ’50 y arrojo el
humo a la multitud, que lo absorbe hipnotizada. Los diseñadores de moda copian
mi babero y lo lanzan al mercado en un número especial de Vogue. Desde el andén de enfrente, los hombres me arrojan papelitos para que les firme autógrafos,
pero no llegan y entonces, enloquecidos, se lanzan a las vías para que el tren
los destroce ante mis ojos y yo no los olvide, pero- como soy una diva- me limito
a tirar la ceniza sobre sus rostros suplicantes y a ensayar una sonrisa piadosa
que mañana será tapa del Niu Yorc Taims.
Tiro el pucho entre los rieles, se mezcla con
las piedritas, desaparece.
Tengo frío en el ombligo.
El tren sigue quieto.
No hay puentes en esta estación. Ni teléfono
público. Igual no tengo cospel ni tengo agenda. Lo único que falta. Que ahora
empiece a preocuparme por. Como si fuera una de esas que. Como si no tuviera
suficiente con. Como si necesitara un.
Por favor. Yo no quiero rebajarme, ni pedirle,
ni llorarle. Tampoco estoy dispuesta a recorrer esta
estación por vigésima vez.
Y no arranca el condenado. Maldito sea.
Ni bancos hay. Me siento en el piso y hago la
flor de loto. Cierro los ojos. Ahí viene la sangre, ahí va. Sístole, diástole,
diantres. Qué escriben los ojos bajo los párpados cerrados. Desconozco ese
latido. Soy una extranjera.
Entro a una
taberna. Hay una mesa de madera rectangular, muy grande. Todos se sientan a su
alrededor. Llegan dos gitanas, una vieja y otra más joven. Las dos llevan corpiño negro y portaligas negro; no usan bombacha. La gitana más joven se
acerca y me muestra dos tablas unidas por una bisagra, donde exhibe piedras de
colores. Las acerca a mis ojos. Veo destellos rosados, azules. Las luces bailan ante mis ojos. La tabla se
aparta bruscamente. La gitana desapareció.
Cuando sueño nunca sé bien dónde estoy ni por
qué, pero estoy tan contenta de estar ahí.
XX
Por fin. Nos vamos. Y me queda un cigarrillo
para el viaje.
Me acomodo en el asiento y miro hacia el andén
de enfrente. Me pareció que.
Qué boluda. Saco el cigarrillo, lo enciendo.
El tren se pone en marcha.
-¿Qué te hacés la diva que no saludás?
- (Me había parecido que) ¿Justo ahora?
- Veo que te estás yendo.
-¡Corré!
-Es lo que estoy haciendo, asomate.
-¿Y esas zapatillas?
-Son nuevas. ¿Y ese babero?
-Es nuevo. ¿Te gusta?
-Estás sexy.
-Estoy vieja.
-¡No te escucho!
-¡Corré!
-¿Encontraste algo más?
-¡“Milagro”!
-¿Qué?
-¡Corré, corré!
(Continuará)
A veces basta con desatender algo o alguien para que reaprezca. Pasa con objetos y con personas.
ResponderEliminar¿La mujer se empieza preocupar por? ¿necesita un?
Veo que la farse de cabecera salió del texto. Es un texto muy rico. Uno puede tomar varias partes y detenrse en ellas. Como sueños dentro de un sueño, o en una realidad surrealista. Cuántas veces la nuestra mente vaga así en nuestra cotidianeidad.
Ayer pensé sobre el estilo. Me recuerda a algo (¿Burroughs? No tengo mucha cultura literaria).
Trnsmite un poco de opresión y un poco de entusiasmo, mucha receptividad y también indiferencia y resignación.
¿Practicás o practicaste yoga?
Saludos engripados
Al respecto- como con tantas cosas- se pueden aplicar dos ideas: "el que busca encuentra", o su contrapartida "cuando se deja de buscar, se encuentra". Y, como con tantas cosas, las dos pueden ser válidas según las circunstancias o según como uno quiera- o le convenga- leer la realidad.
EliminarSí, la frase cabecera y el título de este blog son deudores de la alunada nouvelle (quién me hubiera dicho cuando la escribí, hace unos cuantos años, que este sería su destino...)
Sos uno de esos lectores que uno agradece tener. No importa tu mucha o poca "cultura literaria", lo que importa es estás atento, sos receptivo, descubrís cosas en el texto que ni yo pensé al momento de escribirlas y sin embargo...están, sí señor.
Saludos expectorantes y analgésicos
ps: ¿por lo de la flor de loto?... ja, sí, algo de yoga hice, pero con intermitencias.
Excelentemente logrado el clima onírico... ya empiezo a sentir nostalgia porque vamos por la M y las letras en el diccionario pasan volando.
ResponderEliminarYo ya empiezo a sentir nostalgia de comentarios como el tuyo. Para mí es una sorpresa y una alegría estar tan bien acompañada en este viaje.
EliminarGracias, Eleonora.
Tu escritura mantiene la calidad, Daniela Z. Al menos en lo que leí hasta ahora. Todo ese juego ahora con el cigarrillo, la aparición de las gitanas sin bombacha, el diálogo (estás sexy/estoy vieja), todo funciona aquí de la mejor manera. ¿Y si abrieras un tercer blog? Uno para las fotos espontáneas, otro para textos que continúan, un terce blog, el que te propongo, para textos libres, fragmentarios, sin unidad. Pensalo.
ResponderEliminarLuis
Te cuento que antes de empezar a postear la nouvelle, barajé la idea de hacerlo en un tercer blog, pero me pareció que no valía la pena abrir un blog solo para publicar ese texto y desistí. Tal vez después vea cómo puede quedar en este de manera más autónoma, no tan mezclada con los demás posteos...
EliminarVolviendo a tu propuesta, en La luna de Valencia (el blog) es donde, cada tanto, suelo postear mis textos "libres, fragmentarios, sin unidad"...¿hay algo que no entendí bien?...
Gracias por el aporte, Luis (y una pequeña aclaración: soy Betina, no Daniela :)