Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

3 de junio de 2015

Guía de la Buena Esposa *

Publiqué este post el 2/12/21013. Me parece oportuno volver a publicarlo hoy.

NI UNA MENOS












































En 2013, uno podría leer esta "guía" con una sonrisa. Podrían darnos gracia estos mandamientos acerca de la esclavitud femenina. Las mujeres del siglo XXI podríamos reírnos a carcajadas de esta suma de burradas y pasar a otra cosa. 

Pero no podemos. No puedo. No me sale reírme. Porque esta concepción del deber ser de una mujer, esta idea de su (no) lugar en el mundo, sigue viva. Estos mandamientos, que muchos varones pretenden hacer cumplir, no son ajenos a los 1432 femicidos cometidos en nuestro país entre 2008 y 2013, a razón de una mujer asesinada cada 35 horas. 


Cada vez que escucho la noticia de una nueva mujer prendida fuego, golpeada, abusada, violada o enterrada viva- en la mayoría de los casos, por su pareja, ex pareja, familiares varones- me pregunto: ¿cómo puede ser? ¿cómo es posible que esto esté ocurriendo? 

Y entonces llega a mí esta Guía de la Buena Esposa, un supuesto manual de 1953 que se entregaba a las mujeres que hacían el servicio social en la rama femenina de La Falange. Algunos sostienen que este manual no existió y que las imágenes solo son parte de la presentación de Las Aparicio, una teleserie mexicana de 2010. Otros dicen que ambas cosas serían ciertas (las imágenes que se usan en la presentación pertenecerían al manual de 1953).

No importa demasiado. En cualquier caso, sus viñetas me recordaron algunas reflexiones de Sandra Russo en un excelente artículo, que leí gracias a un post de Eleonora:


"El poder no es el lugar reservado a un cuerpo femenino. No está previsto. No hablo apenas del poder político, sino de la microfísica del poder que se desparrama por lo cotidiano(...) En las historias de violencia de género siempre hay un varón que estalla brutalmente porque no es capaz de tolerar que algo le ha sido arrebatado: las víctimas son castigadas indefectiblemente por desobedecer, por desabnegarse. Le han arrebatado al victimario su poder sobre ellas."

"Todavía muy lejos de los celos, y mucho más lejos todavía de un motivo verosímil para sentirlos, suele haber una camisa mal planchada, una comida recalentada o fría, una tardanza en volver del paseo, demasiadas llamadas con amigas, una forma de sentarse que no gusta, una palabra de más u otra de menos, un tono de voz que no se admite, una diferencia de opiniones. En todos los casos, ella no hace lo que él quiere. En eso se resumen todos los desencadenantes de tantos crímenes impunes, y en eso reside el femicidio: en matar a una mujer que no hace lo que el asesino quiere, aunque lo que quiera él la violente o la vuelva a ella contra sí misma. Eso es todavía el patriarcado..."


Hasta que esto no cambie, hasta que el cuerpo y el alma de las mujeres no estén a salvo, hasta que no quede una gota de estos "mandamientos" corriendo por la sangre de ningún varón (y de ninguna mujer), no voy a poder reírme.



* o crónica de miles de muertes anunciadas.