Una anda caminando por ahí y se topa con una fachada así:
La puerta parece cerrada hace años ,y la pequeña
ventana-vidriera ostenta un telón de terciopelo rojo, desteñido por el
tiempo.
Una no puede resistir la curiosidad. Entonces se acerca y
espía por el huequito del telón. Y ve esto.
En el fondo, una no se sorprende. No podía ser de otra manera. Era obvio que detrás de ese telón se escondía el inmenso salón de un
palacio, un bosque, un castillo embrujado, una cueva de salamandras, el país de Nunca Jamás, la tierra de Mu, Avalon, Shangri-La.
Pero lo más importante es lo que sucede allí. Para eso hay que atreverse a la noche y al instinto.
(Dicen que, alguna vez, el colectivo Mondongo anduvo por allí...)
http://www.telam.com.ar/notas/201505/106860-rituales-de-un-pinocho-adulto-en-la-performance-de-mondongo.html
Pero qué julepe, no? Saludos!
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