Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

13 de mayo de 2015

La madre de las mariposas


Pintura: Duyh Huynh


El parto es brevísimo e indoloro: apenas un temblor, un leve hormigueo. 
Cuando abre los ojos, cientos de mariposas salen de su vientre batiendo las alas. Las mariposas no se apartan de ella inmediatamente. Por un instante, necesitan sentir el calor de su regazo y escuchar lo que su voz murmura en secreto. No es mucho lo que su madre tiene para decirles: que cada una cuide bien de sí misma. Que no se hagan daño las unas a las otras. Y que gocen del vuelo. 
Algunas mariposas vivirán dos semanas; otras, una semana, y otras, solo un día. Pero ese dato no es relevante, y la madre lo calla. 







10 de mayo de 2015

Mundos ilusorios



"Para serle franco, creo que su mundo había desaparecido mucho antes de que él llegara. Pero le diré: ciertamente sostuvo la ilusión con una gracia sorprendente."
                                                                                                                                                  

El mundo de El gran hotel Budapest es un mundo irreal, como de libro de cuentos troquelado. 
Es necesario pasar despacio sus páginas -cada escena, cada plano-  para poder apreciar la belleza de cada detalle y la belleza del conjunto.

Muchos odian el cine de Wes Anderson por su artificio, por la irrealidad de sus ambientes, historias y personajes. A mí me fascina justamente por todo eso. Y porque logra el milagro de meternos de cabeza en ese mundo imposible, y de amar a sus personajes.