Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr
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9 de marzo de 2015

La nave




Al final de la calle
emerge 
como una nave espacial 
regia, suntuosa, inflamada
 inalcanzable y feliz
la nave de los cuentos
con luces de camarín teatral
y personajes en viaje 
a ninguna parte

tanto esplendor
tanta promesa

un mundo iluminado
redondo
perfecto

ahí nomás
al final de la calle
en medio 
de la noche

justo antes 
de despertar.


Fotos: Bet Z



19 de junio de 2014

Elogio de lo inútil



Foto: Bet Z


"En algún lugar debe haber un basural donde están amontonadas las explicaciones. 
Una sola cosa inquieta en este justo panorama: lo que pueda ocurrir el día en que alguien consiga explicar también el basural."   
Julio Cortázar


La huella de una boca sobre un vaso 
Las llaves oxidadas
Los  almanaques viejos
Los paraguas abandonados
Las vías muertas
Los espejos rotos
Las tijeras sin filo
Las lapiceras secas
Las fotos que nadie mira
Las cartas nunca enviadas
Los sueños que no se recuerdan
La intención que precede a un gesto
El silencio que precede a una palabra
La palabra que no se pronuncia
El secreto que no se revela




25 de abril de 2014

Pretensiones


Pintura: Frida Kahlo



Quiero reencarnar.
Ya lo decidí.
No me resigno a no ser una cubana
que riega sus macetas en un balcón de La Habana vieja.
O a ponerme un velo e ir hasta el zoco en Marruecos,
a comprar azafrán, cardamomo, nuez moscada.
No me resigno a no ser un joven griego
atrapando peces en el Mediterráneo
o un anciano de Sada o La Coruña yendo a la iglesia del pueblo
a misa de seis.

O una niña esquimal, que anda en trineo y juega con osos y con zorros
y duerme en una casa hecha de bloques de nieve.

No quiero perderme ser un  gato, un gorrión,
un pato, una pantera,
un palo borracho, una santa rita, una montaña,
una crisopa, un lobo, un río, una piedra.
No quiero perderme ningún rincón del mundo,
ni uno solo de sus vientos, sus lluvias, su nieve, sus desiertos
sus playas, sus bosques, sus caballos.
No quiero no ser eso, todo eso, alguna vez.

No me quiero perder a nadie,
que no queden afuera abuelos, madres, padres,
hijos, hijas, nietos, hermanos,  
 mascotas, perros, peces.

No me quiero perder ninguna línea de ningún libro,
quiero ser quien escribe cada una de esas líneas,
quiero hablar todas las lenguas 
sonar todas las músicas
ser el fuego que baja del volcán 
y la piedrita entre las piedras del camino.

Y sobre todo no me resigno 
a ser esta que soy una sola vez
quiero ser de nuevo varias veces
la que soy
la  que pudo ser
y la que será 
cien veces,
mil, un millón
cada vez que reencarne en mí,
es decir,
en todo.



13 de febrero de 2014

Ciertas palabras




La palabra lluvia, por ejemplo. 
Es una palabra líquida, delgada, liviana 
que sale de la boca y cae en hebras finas
 hasta estrellarse en el aire. 
Después hay lluvia detrás de las ventanas, 
sobre el mar, en el campo, 
lluvia de distinta intensidad, 
de día o de noche, 
en primavera o invierno. 
Hay infinitas lluvias, 
todas diferentes, 
pero hay
una lluvia sola 
que se deshace en agua 
con solo pronunciarla. 
Lluvia, digo. 

Y llueve mi boca, 
llueve el aire.

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3 de diciembre de 2013

Temblando


                                                   Imagen: Holger Droste


Temblando
viendo las nubes que pasan
y los árboles debajo de las nubes,
y las aves ateridas en las ramas de los árboles
y los perros de la calle.

Temblando de frío en las alturas
temblando de ausencia
de escarcha
de noche
no queriendo ver lo que se cocina
allá abajo, más abajo, más abajo
no queriendo olerlo ni tocarlo
las manos como guantes de látex derretidos
los párpados cerrados
 el corazón detenido

para no ver
para no seguir viendo

lo que corre
grita
se retuerce
clama
calla
calla
calla
allá abajo.





8 de noviembre de 2012

Abisal


                                                      Imagen: Jason de Caires Taylor



Ay
la cabeza toda llena 
de letras  
que se me enredan 
en la lengua 
y me secan los ojos

llena de palabras
empalagada
indigestada
emborrachada de palabras 
queriendo moverse 
y salir 
y no pudiendo
pobrecitas

chocándose las aletas 
mientras  vuelven a sumergirse 
allá abajo
donde no hay voces, 
donde hay la oscuridad total
el silencio total
el pensamiento mudo
enterradas en la arena 
ciega y helada 
hasta que les den permiso 
para asomarse a la superficie

pero quién sabe 
qué encontraran allá abajo
y si lo que las espera arriba
será suficiente 
para hacerlas 
volver. 




11 de octubre de 2012

Inventario


                                           Imagen: The limit, Liliana Porter

 
Ventanas para los sueños del día.
Arquitectura blanda para los huesos de la noche.
Múltiples andenes para ensayar saltos
hacia el beso,
hacia la circunferencia de los abrazos invisibles
alfombras de vapor para paseos aéreos.

Mapas coloreados de tacto
para reconocer itinerarios sordos
lupas para atrapar la huella
de los gritos que cuelgan de las antenas.

Llaves para tajear secretos.

Balcones para maniquíes.

El viento de todas las casas deshabitadas.

Las cataratas del crimen.

El precipicio y el salto.

La esquina donde espera la sombra
que no me reconoce
y a quien invoco
desde los labios del día
para averiguar el destino
de mi voz  en los espejos.




7 de octubre de 2012

El punto de partida




Un pez abre una boca
muy grande
se infla
agita las escamas
como velas de un barco
parece que está a punto 
de decir algo

pero no

solamente se eleva
y empieza a nadar en el aire

describe círculos
como si fuera una piedra
arrojada contra el sol

arrastra consigo
semillas viejas 
las envuelve
en un  aire
de terciopelo apolillado

El pez asciende
tritura las estrellas
se pone la noche en
el estómago
planea sobre el mar

Nunca se entrenó
para esto
pero estaba tan cansado
de lamer algas
de rozar el único perfil
de sus hermanos
de poseer mujeres
frías como monedas
que de pronto pensó:
“el punto de partida no existe”

Entonces  abrió una boca
muy grande
como para decir algo

pero no

solamente se elevó
hasta rozar 
 todos 
los confines de la tierra

sin embargo
más allá
más allá
más allá

estaba el vidrio

Entonces se infló aún más
agitó las escamas como
banderas de guerra
y se impulsó pensando:

“el punto de partida es un espejo”




27 de agosto de 2012

Las innombrables


                                                                   Imagen: Frank Juery



Cientos, miles
 millones
de palabras
habitando
alguna zona oscura
del cerebro

y sin embargo

al momento de abrir la boca
de empuñar el lápiz
de apretar unas teclas
solo tres, o cuatro, o cien 
pasan por el tamiz,
y a veces bastan
para decir
almendra
sábana
río
o cielo

A veces las forzamos
como si exprimiéramos un tubo de témpera exhausto
o las agitamos
para que emerjan a la fuerza
o las frotamos 
para que brillen como pepitas de oro

Pero
siempre nos quedará la tristeza
de saber que no eran esas

que las verdaderas
las necesarias
las esenciales
se las ingeniarán
para aferrarse al fondo del tubo
y  renegar con uñas y dientes
de cualquier superficie que 
pueda degradarlas
a un torpe dibujo
un sonido inestable
o una pobre traducción
de su secreto esplendor.