Así comienza "Los Premios", la novela de Cortázar que narra el fantástico viaje en barco que un grupo de ¿afortunados? ganó en un concurso, y cuya historia comienza en la emblemática confitería de Perú y Avenida de Mayo. Dicen que don Julio escribió la novela en una de sus mesas. Y para ratificarlo ahí estaba, celosamente protegida y señalada con una soguita bordó.
Hace unos meses, la London cerró sus puertas, no se sabe si transitoria o definitivamente. Era uno de los bares notables pendientes en mi lista y, aunque no llegamos a ir, al menos pude tomar- una noche, volviendo de San Telmo y de El Federal- estas fotos de la mesa de Julio, antes de que el tiempo la vuelva un fantasma , otra mera ficción.
"Me paso la vida sin hacer nada útil, cultivando unos pocos
amigos, admirando a unas pocas mujeres y levantando con eso un castillo de
naipes que se me derrumba cada dos por tres. Plaf, todo al suelo. Pero
recomienzo, sabe usted, recomienzo..."
Qué mezcla de sensaciones, Betina! Me provoca tanto placer la personalidad de don Julio y me apena que lugares tan especiales, cierren sus puertas... Demasiados para mi gusto. Qué manera de perder historias! Qué fatídica forma de robarnos la memoria! Justamente hoy me enteré que lograron detener -de modo provisorio- el desmantelamiento de la Richmond de Florida. Tiempos necios estamos transitando.
ResponderEliminarUn beso y gracias por estas fotos!
A mí también me apena que desaparezcan estos lugares. Y este, por lo visto, no fue la excepción, según lo que acabo de leer: (http://www.iprofesional.com/notas/174889-Caf-London-el-preferido-de-Cortzar-se-convierte-en-un-restaurante).
EliminarPara algunos, memoria e identidad son sinónimos de retroceso, una lástima.
Un beso, Bee.
Que cierre uno de estos bares es clausurar una historia, matarnos un poquito... UN abrazo.
ResponderEliminarUn poquito esto, un poquito aquello, vamos a quedar llenos de agujeros...
EliminarAbrazo
Una de las cosas que a uno lo hacen sentir más agradecido de ser hijo de esta nación y de esta cultura es que tipos como JC (entre otros) nos hayan educado el gusto. Ese privilegio nadie nos lo quitará, bar más o bar menos.
ResponderEliminarSaludos, signora Betina.
No, por supuesto que nada borrará la huella de JC-y tantos otros-en nuestro gusto y nuestros corazones. Pero no me da lo mismo que desaparezcan algunos lugares emblemáticos como este.
EliminarSaludos, signore Rob
Parece un lugar entrañable, :)
ResponderEliminarUn beso
Yo no lo frecuentaba pero el hecho de que JC sí lo hiciera, lo vuelve querible y valioso para mí.
EliminarUn beso, Carmela.
¡Hermoso! Gracias por las fotos.
ResponderEliminarY si pienso en El Molino, en la Richmond o el propio Ideal, cerrados los primeros, abandonados el último, sí nos da mucha tristeza como en el caso del London, que pena....
Besos, Betina y queremos tanto a Julio!!!
Ahora están tratando de que Los 36 Billares no termine convertido-nuevos dueños mediante- en pizzería. Ay,ay,ay...
EliminarBesos, Eleonora, cuánto lo queremos, sí!!
Una verdadera pena... como si le (nos) quitaran parte de ese acento tan particular que tenía en su voz... De lo que no podrán deshacerse nunca, por supuesto, es de su genial forma de decir...
ResponderEliminarBss.-
PD: Me gustaría saber si recibió mis blues... solo para saber que estamos cerca...
Por supuesto que no, eso se queda con nosotros (cómo me gusta su "egue"!... y sus libros, claro).
EliminarBesos
pd: sí, sí, gracias!