Imagen: Holger Droste
Temblando
viendo las nubes que pasan
y los árboles debajo de las nubes,
y las aves ateridas en las ramas de los árboles
y los perros de la calle.
Temblando de frío en las alturas
temblando de ausencia
de escarcha
de noche
no queriendo ver lo que se cocina
allá abajo, más abajo, más abajo
no queriendo olerlo ni tocarlo
las manos como guantes de látex
derretidos
los párpados cerrados
el corazón detenido
para no ver
para no seguir viendo
lo que corre
grita
se retuerce
clama
calla
calla
calla
allá abajo.
Adentro sucede el temblor... Afuera aquello que es mejor omitir... Un abrazo.
ResponderEliminarLo que se omite tiene un nombre para cada quien. El temblor es común a todos.
EliminarUn abrazo para vos.
Me recordó inevitablemente a una de mis films favoritos "las alas del deseo", aquí un extracto...
ResponderEliminarDiálogo entre Daniel y Cassiel
Daniel: -¿Recuerdas la primera vez que estuvimos aquí? La historia aún no había empezado. Dejábamos transcurrir el día y la noche y aguardábamos. Pasó mucho tiempo hasta que el río encontró su lecho y el agua quieta empezó a fluir. ¡Cuenca del río primitivo!
Un día, todavía lo recuerdo, el glaciar se derritió y los hielos navegaron hacia el norte. Flotaba un tronco, todavía verde. Durante miríadas de años sólo saltaron los peces y luego fue cuando el enjambre de abejas se ahogó.
Cassiel: -Un tiempo después los dos ciervos se batieron en la orilla. Después la nube de moscas y la cornamenta, como ramas, río abajo. Sólo la hierba volvió siempre a enderezarse, creciendo sobre los cadáveres de los gatos salvajes, jabalíes, búfalos. ¿Recuerdas cómo una mañana surgió de la sabana, con la hierba pegada en la frente, el ser a nuestra imagen, el bípedo esperado tanto tiempo, y cómo su primer palabra fue un grito?
¿Fue «aj», «ah» o un simple grito?
Por fin pudimos reírnos de ese hombre por vez primera, y de sus gritos y las llamadas de sus sucesores, aprendimos a hablar.
D.: -¡Una larga historia!
Y me conmoví en todo,
besos Bet :)
:) La primera imagen que había elegido para ilustrar el post era la de Bruno Ganz-Daniel, contemplando la ciudad desde las alturas...
EliminarNo volví a ver la película (en su momento me gustó muchísimo), pero cada tanto, en distintas situaciones, vienen a mí las imágenes de esos ángeles invisibles acariciando la cabeza de una mujer, de un hombre o de un niño, atribulados con sus dolores en un subte, en un banco de plaza, en un umbral ...
Gracias por compartir este diálogo tan hermoso, Axis.
Beso grande
Pero a pesar de todo, vemos....y temblamos.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, Carmela. Pero es mejor temblar que no ver y permanecer impasible.
EliminarUn beso
Ojalá sea solamente un mal sueño.
ResponderEliminarBueno, podría ser una definición...
EliminarBetina, es un texto durísimo. Cala bien hondo y pega de lleno en al alma. Me conmueve la forma que elegiste para contar este momento. Muy bueno!
ResponderEliminarBeso enorme, amiga!
Gracias, Bee, pero lo cierto es que no elegí la forma, ni lo que quería contar. Mis "juegos de palabras" hacen lo suyo, sin que yo intervenga demasiado :)
EliminarBeso grande!
Si existe algo llamado poesía eso que escribiste sería una demostración. Abajo, muy abajo es donde ocurren las cosas
ResponderEliminarLuis (De Suspende).
Tan abajo que se vuelve innombrable (pero sabemos- o sentimos- de qué hablamos).
EliminarUn beso
Sólo se echan raíces y eso suele dar temor. Nos deja quietos, inmóviles.
ResponderEliminarAbrazo
No siempre es así. Depende de dónde se echen raíces, y de qué cosa sostengan.
EliminarOtro abrazo
Bueno, estuve largo rato fuera de la blogósfera, así que comento acá tus últimas tres entradas (perdón por el desmadre metodológico).
ResponderEliminarEl aniversario de La Luna: el agradecimiento se agradece y se retribuye, si mi blog tiene sentido es gracias a los cinco o seis locos que lo leen, y eso te incluye.
Sobre el espantoso auge del femicidio, qué decir. Es el síntoma principalísimo del retroceso cultural abominable en el que nos encontramos hace muchos, muchos años.
Y del poema tembloroso… Precioso y oscuro a la vez. Me hizo pensar en una isla desolada, recortada del mapa a la fuerza. En algo creo que se relaciona con un humilde retazo de mi autoría que ahora mismo voy a publicar en mi blog.
Un abrazo.
..."una isla desolada, recortada del mapa a la fuerza"... qué lindo eso, Hermes!
EliminarSí, creo que "tus lugares" también son islas recortadas a la fuerza, refugios para no ver-aunque sea por un rato- lo que se retuerce allá afuera (o allá abajo).
Otro abrazo
Qué poesía hermosa Betina y muy triste.
ResponderEliminarBesos