Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

27 de febrero de 2014

Apocalipsis now


"La casa tenía un aljibe y me gustaba asomarme y bajar el balde para probar esa agua tan fresca y profunda. Una vez se me cayó el vaso, que repicó contra la pared redonda y se hizo añicos en el fondo. Me dio un ataque de apocalipsis, pensé que alguien tomaría agua con astillas y se caería muerto, irremediablemente apuñalado por dentro, agarrándose el cogote con desesperación, desorbitado, y todo por la inmensa culpa mía."

(María Elena Walsh, Novios de antaño.)

Como la niña que narra los hechos en este hermoso libro, a mí también me dan ataques de apocalipsis. Un error nimio o un acto involuntario de mi parte pueden desatar en mi loca cabecita una infortunada serie de consecuencias -de las cuales, por supuesto, soy responsable- cuyas imágenes opacan a la mejor película del género catástrofe. Los intentos por hacer que intervenga la parte racional de mi ser son inútiles: ningún pensamiento lógico logra imponerse a las escalofriantes posibilidades que mi imaginación construye.
Por lo general, otro hecho nimio - el portero que toca el timbre para avisarme que mañana van a cortar el agua, una canción en la radio, la tos del vecino o el afilador que se anuncia en la calle- me rescatan del edificio en llamas o el barco hundiéndose y me devuelven a mi casa, donde como si tal cosa me dispongo a preparar el almuerzo, mirá la hora que es.




Imagen: Liniers


20 comentarios:

  1. Descorazonador relato, Betina!! La próxima vez que vea al afilador (mirá... justo la semana pasada anduvo uno por aquí!) le diré que pase más seguido por tu barrio, y que haga sonar fuerte la flautita; y que si conoce al portero de tu edificio le diga que esté atento al departamente de la chica de imaginación apocaliptica... Se me ocurre que lo único más peligroso que eso (para la integridad física de quien lo padece, claro) es justamente lo opuesto, es decir alguien con una imaginación tremendamente apática que no le deja ver lo catastrófico de una situación inminente... Me has dejado con el corazón en vilo; y me parece que me viene un ataque de algo... Pero no te culpes, eh? No lo hagas!! Duerme plácidamente esta noche... Hasta la próxima. Un abrazo!!

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    1. ...¿con el corazón en vilo?...¿un ataque de qué?... oh, no, Sinuhe, dime que estás ahí... hola, hola, holaaaaa!...

      pd: otra noche de insomnio... :-)

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    2. Solo fué un ataque de insomnio, pero lo vencí... como a las tres de la mañana!!

      Que estés bien, Betina!

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  2. La imaginación toma a veces unos vuelos. El efecto mariposa llevado al terreno de lo imaginado. Me gusta.
    un abrazo

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    1. Sí, unos vuelos que producen más vértigo que los de un boeing en plena tormenta (y para colmo, al final del viaje no llegamos a ninguna playa paradisíaca, jaja).

      Un abrazo, Víctor, gracias por pasar

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  3. El universo se la pasa de accidente en accidente, y así seguirá. Y que te corten el agua es una no pequeña dosis de apocalipsis...

    Te saludo, Betina.

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    1. Es cierto, que me corten el agua es una dosis de apocalipsis, pero al menos no es culpa mía :)

      Saludos para usted, Rob

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  4. Ja, ja... me siento super identificada. Mis hijos, ahora que ya son grandes, me dicen que gracias a mis cuidados, en la plaza, en la calle, en la montaña, en el mar, nunca tuvieron un accidente pero que tranquilamente podrían haber tenido un ataque al corazón por mis gritos paralizantes de alerta de peligro inminente. Es que mi cerebro se concecta antes con mis cuerdas vocales que con mis brazos, y bueh...No puedo graduar el volumen. Qué se le va a ser... Y aunque mi imaginación es terriblemente culposa y apocalíptica como la tuya, más de una vez, sobre todo en la ruta, evitó más de un choque.
    El gas, la puerta abierta, el perro atado, ufff... tantos ejemplos de olvidos o distracciones que me torturan hasta que no regreso para verificar que, en efecto, estaba todo bien.
    PD: Ese libro autobiográfico de la Walsh es sencillamente delicioso!
    ¡Besos, Betina! ¡Hermoso texto, digno de una Cronopia como vos!

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    1. Ups... encontré un error horrible!!! quise decir "qué se le va a hacer..." me estoy contagiando de mis alumnos, ja, ja...

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    2. Ja! Yo creo que estas chifladuras son bastante femeninas. Pero- y en defensa del género- creo que tienen que ver con que las mujeres estamos más atentas a ciertas señales, le damos más bolillla a nuestra intuición, nos preocupamos mucho por el bienestar de quienes nos rodean... ¡y somos reculposísimas! (qué quieren, somos hijas de Eva).
      Lo gracioso es que, tal como decís, las veces que volví a verificar si el gas, si la puerta, si etc.... todo estaba en perfecto orden. Igual, qué cuesta asegurarse, ¿no?

      Beso grande, Eleonora!
      pd1: lo estoy leyendo y sí, me parece precioso.
      pd2: pero en este caso no es un error el "qué se la va a ser" (no podemos "ser" de otra manera!! :-)

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  5. Quién no piensa lo peor en algún momento, quién alguna vez no se puso trágico ... pero si es una patología... te compadezco!!! Un abrazo.

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    1. Hummm, ahora que lo decís... (después te aviso si tenés que compadecerme o no :-)

      Abrazo

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  6. Esas Apocalipsis, solo me pasan referente a mis hijos.

    Un beso, Betina.

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  7. Terrible cruz la suya. Menos mal que están el afilador... y el blog... y nosotros, que la disfrutamos tanto.

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    1. Usté lo ha dicho. Menos mal que hasta la imaginación tiene su instinto de supervivencia.
      Y se agradece el elogio.

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  8. El error es pensar que existe lo normal, lo común, lo de todos los días.
    L.

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    1. Vos decís que no?... Y entonces, ¿quién podrá defenderme?! :)

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  9. Qué placer enorme me ha dado volver a leerla. La loca de la casa me ha paseado por varias de sus habitaciones: cálidas, preciosas y tan hospitalarias que han sacudido un poco la modorra de aquella otra que duerme en R.C.
    Le dejo un beso grandísimo. Volveré por más :)

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    1. El placer es mío de tenerla nuevamente por acá, condesa. Gracias por sus palabras y espero que la durmiente se despabile pronto, con todo lo que tiene para hacer/ decir en Rete.

      Un abrazo y venga cuando guste!

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