Foto: Bet Z
La casa es de madera. Venden artesanías, souvenires, cacharritos
de cerámica, atrapasueños. Más atrás está el comedor, donde se puede almorzar. En las hornallas de la cocina hay ollas de cobre de las que sale humito, olor a comida rica. Al fondo se ven un corral y una huerta.
Salgo de ahí y de golpe pienso: “Estoy en El Bolsón. Estoy soñando". “Entonces
puedo hacer lo que quiero”, digo. Y lo
hago.
Empiezo a correr y veo cómo a lo lejos comienza a dibujarse
la silueta de las montañas. Veo la cima del Piltri, y a las bandurrias en vuelo
rasante sobre mi cabeza. Sigo corriendo, escucho
el rumor del agua entre las piedras y llego a la orilla del río, que parece recién pintado con millones de tubitos de témpera azul Prusia. “Estoy en El Bolsón, estoy soñando, puedo
hacer lo que quiero”, digo.
Tal vez estuve allí una hora, un par de días, un año.
Quién sabe cómo corre el tiempo de los sueños. Quién sabe.
El río recién pintado con miles de tubitos de témperas azul prusia. Me gustó mucho eso, y me hizo recordar una película de Robin Williams, creo que se llamaba Más allá de los sueños, o algo así, en el que un hombre (Robin) muere y va al encuentro de su familia premuerta (me gusta el lenguaje forense) y el mundo post-mortem es una especie de papel en blanco que se transforma de acuerdo a los propios sueños e ilusiones. En el caso de Robin, los paisajes de su mundo están pintados, literalmente, al óleo. Las montañas, los ríos, una cabaña. Y es así porque su mujer (premuerta, creo que ya lo aclaré) era pintora, y él amaba sus pinturas. Después resulta que ella no está allí, porque se había suicidado y su mundo era bastante más denso de lo que Robin esperaba, pero mejor no sigo porque si no te voy a contar toda la película.
ResponderEliminarIgual te aclaro por las dudas que el asesino no es el mayordomo.
Creo haber visto la película empezada, no la recuerdo bien; pero la idea es muy interesante. Que el mundo post mortem sea un papel en blanco que se transforma según los propios sueños, y que el mundo de los otros-que uno solo puede intuir por más cercano que sea a ese otro- es siempre un misterio.
EliminarVoy a tratar de verla (a veces el mayordomo no es el asesino pero sueña con serlo, ojo...)
Siempre encantadora y misteriosa, Betina. Hasta hablando de un lugar. Quería agradecerte tu comentario en Suspende anoche. Esa cosas de "máquina de postear" es verdad. Creo que tengo demasiado tiempo libre (lo que no es bueno) y una cabeza que no deja de bombear (como un corazón). Hoy me había propuesto escribir un único posteo. Ya van cuatro. Pero terminé...Gracias a vos. Tengo que ocuparme de lo que importa. Un beso. Luis.
ResponderEliminarGracias, Luis. Los sueños son para mí un misterio, paradójicamente, por lo verdaderos que me resultan.
EliminarLo de "máquina de postear" no fue dicho como crítica, al contrario, pero si de alguna manera te sirvió, me alegro (igual, no seas mentiroso: fueron 5 ayer, no 4 :)
Besos
Esa cosa, quise escribir. Igual no seas vaga. Si algo te interesó, aunque haya quedado cien o doscientos metros más abajo...comentalo. Me gusta tu mirada sobre los textos. Me ayuda, además.
ResponderEliminarL.
Entendido, don. A veces lo hago, otras estoy más vaga o estoy con menos tiempo, pero anoto, anoto...
EliminarQué palabra preciosa: atrapasueños...
ResponderEliminarDicen por ahí que esos hermosos objetos artesanales, mandalas de hilos y maderitas, se ponen cerca de las ventanas para que se filtren nuestros sueños... De ese modo a la mañana nos acordamos solamente de las cosas lindas, del azul prusia, de las piedras bocha y del vientito.
¿Y las cosas malas?... Pues empiezan a reptar hacia las plumas que con el aire se bambolean y las sacuden a la luz.
Las horribles pesadillas que nos hacen transpirar y aceleran el corazón se quedan atrapadas en la cuentita o piedra que es el centro y la luz del día las va quemando para que no se cumplan en la realidad.
Tu hermoso sueño es un sueño destilado en un atrapasueños.
Yo te regalo mi mandala atrapasueños para que sigas atrapando todo el azul y el agua entre las piedras.
http://razondelgusto.blogspot.com.ar/2013/05/mandalas-en-mi-mundo.html
Besos.
Qué hermoso comentario, Eleonora, muchas gracias!
EliminarAhora que aprendí tanto sobre los atrapasueños, iré por alguno y lo pondré en mi ventana, para que filtre, destile y capture lo mejor de ese mundo al que accedo cada noche y que tanto me gusta ("cuando sueño no sé bien dónde estoy ni por qué, pero estoy tan contenta de estar ahí").
Y gracias por el regalo de tus mandalas, bellos de toda belleza (por favor, los lunáticos que anden por aquí, no se los pierdan).
Un abrazo
Eso de "don" no voy a perdonártelo Betina. O quizás sí. Estoy perdiendo fuerzas. Todavía me sigue dando vueltas aquello de "máquina de postear" que me endilgaste, qué palabra, una vez. Y es cierto. Soy una máquina de postear. Es evidente y urgente mi necesidad de ocupar el tiempo con algo más útil. Mientras tanto...el blog. Vos en cambio sos una máquina de no postear. O de hacer pájaros o quién sabe.
ResponderEliminarLuis, de Suspende en extinción.
Yo soy una máquina de posteo semanal, ponele ( a veces más, a veces menos).
EliminarY ¿en qué cosa útil le parece que debería usar su tiempo, don?...
Lindo para trasladarlo a la vigilia... Estoy despierta, puedo hacer lo que quiero.
ResponderEliminarTu texto me recordó a algo leído este domingo: "Valparaíso no es una ciudad, es lo más parecido a una bandada de gaviotas negras. Allí "subir y bajar es una expresión constante". Hernán Ronsino, se llama el escritor.
Lindo, sí, ojalá fuera tan sencillo como en los sueños.
EliminarQué inquietante esa imagen de Valparaíso...