Pintura: Duy Huynh
Ella no
tiene que ocuparse de controlar el movimiento del mundo, ni de garantizar la paz.
Tampoco tiene
que dibujar corazones -ni cuerpos que los habiten-, no debe administrar el tiempo, tocar una canción, custodiar la luna o juntar estrellas.
Ella no sabe
cuál es su misión.
A veces
piensa que quizás no tenga ninguna.
Pero por las
dudas, cada día y cada noche, con frío o con calor, con lluvia o con sol, ella mueve
sus pies en el aro y, girando girando, recorre el mundo.
Delicado movimiento de pies, imagino...
ResponderEliminarVa con cuidado, sí. Por las dudas.
EliminarAbrazo
Pues, entonces... no esperaré de ella más que un momento mágico de contemplación. Verla, simplemente, reconforta el alma...
ResponderEliminarSaludos, Bet!!
Por algo tendrá su aro, y el don de viajar con él. A mí también me gusta saber que está, y ver sus piecitos, y su cintura ínfima y sus brazos delgados.
EliminarSaludos, Sinhue! (una alegría su visita, siempre)