Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

14 de octubre de 2014

El rey invisible


Pintura: Duy Huynh



Nadie conoce su rostro, pero todos saben que está ahí.
Él conoce el nombre de cada uno de ellos. Dice que su misión es cuidarlos, que a eso vino. Desde que se levanta hasta que se acuesta, procura que todos estén bien.
“Es mi trabajo”, dice.

Si una anciana va a morir, él va su casa y se sienta junto a ella. Le lee un cuento o le canta una canción, abre o cierra una ventana, apaga o enciende la luz. A veces permanece en silencio, mientras le toma una mano, le acaricia la cabeza o le da un masaje en los pies.
La mujer entonces escucha la voz de su madre o su padre, siente la presencia de sus abuelos o reconoce en su cuerpo el tacto de su amado.

Si una joven ama de casa está cansada, él entra a la cocina, friega los platos, pela papas, batatas, zanahorias, pone a asar un trozo de carne, barre la sala, pone la mesa. 
A veces también se queda a comer con la familia, conversa con ellos, se cuentan sus cosas. 
Después se despide y vuelve a dormir a su palacio.

Si un hombre se siente abatido o desesperanzado, él le muestra su trono, y lo invita a sentarse.
Entonces el hombre toma asiento en la vieja mecedora y comienza a hamacarse, suavemente. 
Al rato, todos sus problemas han desaparecido. Porque ahora es el rey, y debe ocuparse de que los demás estén bien. Debe cuidar de ellos.

“Es tu trabajo”, le dice el viejo rey. Luego abre la ventana y sale volando volando con el aire fresco de la mañana.




8 comentarios:

  1. Hola Betina, claro que rey es aquel que es libre, libre como el viento.
    Y me quedé pensando que ese rey quizás salga por la ventana verde que engalana tu Liquid ambar, y que tiene ese mismo verde.
    Te mando un gran abrazo y otra vez gracias por los textos y las pinturas, las pinturas y los textos.

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    1. El viejo rey, ahora que está "jubilado", entra y sale por muchas ventanas- seguramente, también por la de lqiuid :)- porque no puede con su genio y, mientras vuela libre, sigue supervisando que todos estén bien.

      Abrazo y gracias a vos, una lectora de lujo.

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  2. El reinado cansa a veces. Y uno desea, también a veces y como el viejo rey, salir volando con el aire fresco de la mañana. Un abrazo para vos, reina Betina.
    L.

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    1. Sí, pero me temo que este rey, como le dije a Eleonora, sigue ejerciendo en la clandestinidad :)

      Un abrazo, Luis.

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  3. Ah, mire ud. Lo tenemos seguido a su rey en casa.

    Con el Hombre jugamos a que María viene a limpiar. No hay tal María, claro, pero a veces insinúo que deberíamos aumentarle el sueldo, tan bien que limpia la pobre (al instante me recuerdan que el "cocinero" tampoco gana fortunas).

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    1. Nada, nada... ni María no cocinero, es el rey...Y no hay que pagarle, se conforma con recibir, cada tanto, una mecedora nueva de regalo.

      Mándele saludos cuando ande por su casa.

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  4. Ufffffffff.... ojalá viniese oportunamente... Un abrazo.

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