Imagen: Liliana Porter
¿Recuerdan las rondas infantiles que hacíamos cuando éramos chicos? Entonces solo reparábamos en la canción o el juego que acompañaban ese movimiento circular colectivo.
Cuando hacemos una ronda siendo grandes, podemos percibir otras cosas.
Por ejemplo, que ninguna mano es igual a otra.
Hay manos frías y hay manos tibias, hay manos secas y manos húmedas, manos blandas y rígidas, relajadas y crispadas, grandes y pequeñas, tímidas y osadas, frágiles y firmes, generosas y mezquinas, confiadas y reticentes, despiertas y aletargadas, glotonas e inapetentes.
Hay manos que agarran, manos que sueltan, manos que perciben otras manos, manos que solo se perciben a sí mismas, manos que acarician, manos que lastiman, manos atentas, manos distraídas, manos laboriosas y manos perezosas.
Cuando hacemos una ronda siendo grandes, cada mano habla de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que damos y de lo que negamos.
Hagan la prueba.
Absolutamente... trato de recordar ciertos tactos infantiles, me es imposible. Hoy dar la mano está plagado de tanto prejuicio y egoísmo... Un abrazo.
ResponderEliminarSí, en general, dar la mano es un gesto de cortesía, casi siempre mecánico. Aún así, esos apretones en automático dicen mucho, para bien o para mal...
EliminarUn abrazo, Darío (o un buen apretón de manos:)
Manos de uñas largas esculpidas o manos de dedos con los pellejos mordisqueados o con uñas negras de tierra... Manos suaves de crema Hinds o manos callosas de cal y cemento... Manos con olor a ajo o a mandarina o manos antisépticas de alcohol en gel... Manitos chiquitas y regordetas aferradas a nuestra mano para cruzar la calle o manos que se entrelazan a nuestras manos para sentirnos menos solos cuando transitamos el camino de la vida.
ResponderEliminarMe encantó este post, Betina. ¡Gracias!
Y a mí me encantaron todas tus "manos"!
EliminarGracias a vos, Eleonora, un abrazo.
Es verdad, ahora somos más conscientes. A veces extraño la simpleza de la niñez, ese decirle a cualquier desconocido: "Hola, ¿querés jugar?"
ResponderEliminarSon muy interesantes esas obras de teatro donde a uno le vendan los ojos, y lo guían de la mano. Pueden llegar a ser hasta sanadoras (aprender a confiar aunque se ande a tientas)
(Hola, ¿querés jugar?)
Igual, no olvidemos que, a veces, la simpleza de la niñez puede ser fatal. Cuando tenía 5 años le pregunté a una compañerita de jardín de infantes si quería ser mi amiga; ella, mirándome de arriba abajo, respondió: "No sé, lo voy a pensar."
EliminarTodavía estoy esperando la respuesta.
Sí, debe ser interesante la experiencia del teatro "ciego". Qué difícil dejarse llevar, aprender a confiar, uf.
(Hola, dale, ¿a qué jugamos?)
Interesante observación. Las manos son como los ojos, proyectan el espíritu.
ResponderEliminarTomo de tu texto los adjetivos que más me gustan en unas buenas manos: tibias, blandas, relajadas, osadas, generosas, despiertas, glotonas.
Un beso.
Coincido con tus elecciones, aunque las "blandas" y las "glotonas" capaz quedan afuera del casting.
EliminarBesos, Hermes.
Linda entrada Betina, uno pierde la noción de lo importante que son las manos y todo lo que representan.
ResponderEliminarY es cierto muchas veces hablan por nosotros.
Me vino a la mente aquella vieja canción tan sentida de Sandro, "Las manos".
Besos para tí !
Gracias, T. Las manos, como los ojos, hablan más que la boca (o, al menos, no mienten).
EliminarBesos!
ps: uy, no ubico la canción que decís...
(Debería ser tan fácil hacerlo, así, como dice este poema.)
ResponderEliminarDame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...
El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más...
"Dame la mano" - Gabriela Mistral
Te doy mi mano, Betina.
Precioso poema, Rob, gracias.
EliminarTe doy la mía. ¿Danzamos?
ja! Esos viejos dolores...
ResponderEliminarEn la primaria tuve una compañerita que solía decirme: "si no me prestás tu caja de colores, no soy más tu amiga" (y yo iba y se la prestaba) o "si no me ayudás en la prueba de matemática, no soy más tu amiga" (y yo torcía mi hoja para que pudiese copiarse).
Y se sufría, eh? Se sufría en serio. Estuve muy enamorada de un morocho de pecas que, como no podía ser de otra manera, estaba enamorado de otra. Hablo de segundo grado.
Una mañana lloré y lloré por ese tema, entonces mi vieja buscó consolarme: "Bueno, no te preocupes, hay muchos chicos!" Y yo contesté precozmente: "Sí, pero (snif, snif) ¡también hay muchas chicas!"
El "si no hacés lo que quiero, no soy más tu amiga" era terrible. Bueno, es terrible: hay muchas amigas, madres, padres, maridos y maridas que siguen recurriendo a esas extorsiones.
EliminarJa, irrebatible tu razonamiento! Un beso a aquella niña, ¿puede ser?
Siempre pensé que mis manos eran un poco más viejas que yo, pero últimamente he comenzado a dudar al respecto. Bastante laboriosas mis manos, ambas… Pero, qué raro!! Acabo de darme cuenta que, a pesar de que soy rotundamente diestro, mi mano izquierda está más encallecida… Pobre mi zurda!
ResponderEliminarA mis manos le gustaría aprender a tocar el piano, pero se reconocen incapaces. Como están acostumbradas a trabajar juntar les sería muy difícil tocar un boogie woogie, por ejemplo, ya que deberían seguir ritmos distintos. Imposible!
Bastante nostálgicas mis manos… Tienen memoria. Pero también esperan nuevas oportunidades para disfrutar del sol, la lluvia y el viento; y para acariciar cortezas de árboles o pastitos frescos, pelambres o plumajes, epidermis, etc.
Manos de pulgar hacia arriba, mis manos.
Mi derecha es un poco insolente (perdón, eh?): Te levanta el mentón, te toca la punta de la nariz, te hace una venia...
Y te saluda hasta la próxima!
Qué buen ejercicio mirarse las propias manos! Mirá todo lo que pudiste observar...
EliminarMe encantó tu "quiromancia" Sinhué. Y lo que tus manos dicen de vos.
Besos
Hoy después de muchos meses abrí la Rete sin ninguna expectativa, encontrar su mano amiga me llenó de alegría.
ResponderEliminarBeso y abrazo enormes.
A mí me llenó de alegría ver a Rete resucitada en el Reader (qué trabalenguas:)
EliminarOtro abrazo enorme para usted, condesa.
Betina: yo le escribo porque ví en su aparatito espía que la estaban leyendo desde Moscú....., y leí todo, incluso los comentarios (siempre lo hago), y de paso, le digo que Ud. siempre me da una mano....
ResponderEliminarY si la leen en Moscú es porque.... ¡Ud, es bolsheviki...!!!
¡Ja..! ¿cuándo se enterará de mi acusación y mi callado agradecimiento...?
Ya que anda espiando, sabrá que también me leen en Lublijana, Ulan Bator y Pyonyang... la luna es un satélite muy leído!
EliminarLo demás no entendí nada, si gusta aclarar...
No se moleste, ya entendí!...
Eliminar