Pintura: Duy Huynh
Hay gente que deja ideas tiradas por ahí como
si tal cosa. Como si no valieran nada.Creen que una idea, para valer algo, tiene que
ser una gran idea. Y las grandes ideas- las que cambian el curso de la
Historia-las piensan los grandes hombres o las grandes mujeres.
La mayoría de las personas piensa que
sus ideas pequeñitas no tienen importancia. Ni siquiera se dan cuenta de que
son ideas. Creen que se trata de un ruido molesto que da vueltas en su cabeza.
Entonces, apenas pueden se deshacen de él.
Así, el recolector va encontrando y
recogiendo pequeñas ideas. Algunas son verdaderos tesoros. Otras no se sabe
para qué sirven pero también las guarda, por las dudas. Algunas ideas huelen
muy mal: a esas las entierra, para que no contaminen el aire con su
podredumbre. Otras son ideas prematuras: a esas las coloca en un bolsillo
especial y las deja allí un tiempo- abrigadas y a oscuras- para que terminen de formarse. Hay ideas tímidas
y pudorosas, y otras osadas y chanchas. Hay ideas frescas, rancias,
vanguardistas y pasadas de moda. Hay tantas ideas que el recolector ya no sabe
dónde ponerlas.
Si alguien no puede dormir; si no sabe
qué hacer un domingo lluvioso, o a qué jugar con sus hijos, qué color de
vestido usar ese día, cómo escalar una montaña o hacer una torta de limón, qué
decirle a su amigo cuando está triste, o lo que sea: en ese caso, no tienen más
que llamar al recolector de ideas. Seguro que alguna le va a servir.
Capaz que el dolor de cabeza sólo sea una idea muy grande que ya no cabe ahí. Me gusta su circo, el Cirque du lune. :-)
ResponderEliminarEs posible. Habría que revisarla bien. Y si no sirve, el recolector ya sabrá qué hacer con ella.
EliminarOh, merci beaucoup :o)
Sin dudas, creemos que las ideas tienen que ser grandilocuentes, y las más chiquitas son las que suelen mover el mundo... Un abrazo.
ResponderEliminarPor ejemplo, hay un tal Higgs que parece haber descubierto la "partícula de Dios" (algo tiene que ver con el átomo y la teoría de las cuerdas, conceptos para mí tan inalcanzables como la Bolsa de Valores o el endoso de un cheque, sin ir más lejos). Ante eso, mis ideas pequeñitas son algo risible, invisible, insignificante.Pero después pienso que, quizás, al señor Higgs tal vez le guste comer una torta de limón, o leer un cuentito sobre una niña equilibrista, o que alguien que lo quiere le diga cómo combinar su ropa para que esté lindo y presentable en un acto importante...
EliminarTal vez las ideas pequeñitas que todos tenemos sean también la partícula de Dios descubierta por el señor Higgs, esas que mueven el mundo (como dice mi amigo el poeta).
Hay Betina! cómo me gustaron tus últimos cuentos!!
ResponderEliminarEl pintor, La equilibrista, El escritor, El recolector de ideas...
A lo mejor somos un poquito de cada uno...
Me encantaron!
Besos
Gracias Laura, qué bueno que te gusten!
EliminarBeso grande
Y con todas las ideas que juntaba luego fue y se abrió su propio blog...
ResponderEliminarPero, lo peor, es que logró tener más seguidores que los verdaderos autores de cuanto escribía.
Saludos
J.
Bueno, se lo tienen merecido (eso les pasa por andar dejando sus ideas tiradas por ahí :)
EliminarSaludos, J.
¡Qué lindo! Me parece que yo soy muy prolijita con mis ideas y que trato de guardarlas en una libretita o en Razón del Gusto. Eso lo vengo haciendo desde hace un tiempo, antes usaba solamente las que surgían en mi trabajo y a muchas otras las dejaba marchitar. Quizás algunas de esas sigan vivas en el bolsillo incubadora del recolector de ideas.
ResponderEliminar¡Hasta la próxima, querida Betina!
Menos mal, así los demás podemos disfrutarlas! (entre otras, tus diarios de viaje son un tesoro).
EliminarA partir de tu comentario me doy cuenta de que antes de abrir la Luna, la mayoría de mis ideas se perdían en el espacio... Ahora, al menos, tengo donde guardarlas y compartirlas. No suelo reflexionar mucho acerca del blog, solo escribo lo que quiero cuando quiero...qué felicidad! :)
Otra gran felicidad es encontrar amigos como vos por aquí.
Hasta la próxima, Eleonora, un abrazo!
En la misma cuadra en que yo vivo, también lo hacen un "ambulancista", dos carpinteros, y un albañil. A la vuelta de casa vive un pintor... un artista; y un hombre que hace mantenimiento de parques. Y cerca de él vive otro pintor, pero este no se dedica al arte, como el anterior... Qué bueno sería tener, además, un vecino recolector de ideas! Todos podrían consultarle... A mí no me gusta dejar ideas tiradas en cualquier parte, ni pretendería cambiar el mundo con ellas. Por eso, si el recolector viviera cerca de mi casa, le dejaría las ideas que me sobran, en el buzón... y el resto las usaría para lo que me gusta, como generalmente trato de hacer... para lograr que la gente sonría, o comprenda algo...
ResponderEliminar¿Hace canjes?¿Me cambiaría, el recolector, dos o tres ideas rancias que tengo, por una o dos osadas?
PD: Aceptaría también alguna idea más o menos chancha...
Pero qué vecinos más interesantes tiene usted!...
EliminarDice el recolector que las ideas que a usted le sobran, seguramente a otro le faltan, así que déjelas en el buzón nomás.
Y adelante con el canje (rancias por osadas, y una chancha de regalo :)
Tengo una idea que es amorosa. La guardo en el corazón. La comparto con mis amigos cuando nos encontramos. Pero nunca se desvanece esa idea, siempre está presente. Se la voy a dar al recolector para que él la use cuando la necesite.
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