Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

31 de agosto de 2014

La equilibrista


Pintura: Duy Huynh


Antes de que ella naciera, el mundo solía girar a una velocidad inaudita. Tan rápido, que todo se caía: las personas, los animales, los árboles, los mares, todo salía disparado por una gran fuerza centrífuga. Poco después, el mundo recuperaba su ritmo normal, pero no duraba mucho: cuando menos lo esperaban, la Tierra empezaba a girar enloquecida y sobrevenía un nuevo fin.

Apenas nació, ella se incorporó y se paró firme sobre sus dos pies. 
Y sus dos pies se pararon firmes sobre el mundo. 
Y moviendo sus pies con cuidado-un poquito más para acá, un poquito más para allá- ella descubrió que podía controlar el movimiento del mundo. 

Así, cada vez que el mundo comienza a girar enloquecido, la equilibrista mueve sus pies- un poco para allá, un poco para acá-y logra retener a las personas, las casas, los árboles y los mares en su lugar.

Ella quisiera descubrir cuál es la velocidad exacta, qué giro perfecto haría que todo esté realmente donde debería estar. Y aunque no sabe si alguna vez logrará descubrirlo, cada día se ocupa de mover sus pies: un poco más para acá, un poco más para allá. 





15 comentarios:

  1. Poco a poquito seguro que lo logrará.

    Excelente texto.

    Saludos

    J.

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    1. Al menos va a seguir intentándolo.

      Muchas gracias, J, saludos.

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  2. ¡Qué suerte que existen la niña equilibrista con sus piecitos en la tierra, los músicos, el pintor, la guardiana de la luna, la niña que junta estrellas! ¡Y qué dicha encontrarme con ellos en la magia de tus relatos! Vos y ellos, ellos y vos hacen un poco más lindo este mundo. Besos. Eleonora.

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    1. Adhiero al comentario de Liliana. Me gusta más el mundo visto desde la perspectiva que nos brinda la Luna de Valencia...

      Saludos!!

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    2. A Eleonora y a Sinuhe: ellos me pidieron que les diga que su trabajo no tendría sentido si no existieran personas como ustedes. Que así vale la pena buscar algún equilibrio, cantar, custodiar la luz, juntar brillitos por ahí. Quieren que ustedes sepan cuánto los alegra encontrarlos por aquí, siempre. Y que gracias, de todo corazón.

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  3. Yo siempre creí que nuestro mundo giraba de oeste a este porque la mayoría de la gente que lo habita tenía tendencia natural de dirigirse hacia allí precisamente. (Nada de esas paparruchadas que se les ocurren a los científicos). Pero... ¡No! Debe ser la pequeña equilibrista quien hace que el sol aparezca todos los días por el este... y quien mueve al mundo -un poco para acá, otro poco para allá- para que el ciclo de las estaciones se sucedan al compás de la música de las esferas.

    Gracias por presentárnosla, Betina! Adorable la pequeña...

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    1. Usté vio cómo es, los científicos de hoy afirman lo que será desmentido por los científicos de mañana. En cambio la pequeña equilibrista hace su tarea sin tanto aspaviento, pero con bastante eficacia, ¿no?

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  4. Quiero una equilibrista para mi mundo privado... Un abrazo.

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    1. Tendrías que hablarlo con ella, capaz se hace un huequito...

      Abrazo, Darío.

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  5. Así como los provoca, la poesía también remedia los desequilibrios.

    Saludos.

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    1. Ya sabía yo que ese-el de poeta- era su oficio secreto...

      Saludos, Rob, me alegra verlo por la Luna.

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  6. Interesante, creo que si se postula para el 2015, yo la voto.
    Está bien, ya sé que a nosotros no nos salva ni una "troupe" entera, pero, soñar no cuesta nada, dicen por ahí.
    Besos.

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    1. Uy, no, lamento decirle que la pequeña equilibrista está afuera de esa carrera... (igual, puede ayudar como ciudadana de a pie :)

      Besos, T.

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  7. Menos mal que existe la equilibrista.
    Un beso.

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    1. Tiene una tarea ardua, pero sus pies saben cómo moverse en este mundo (quién pudiera! :)

      Besos para ti, Carmela.

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