Jason de Caires Taylor, Land.
Un partido
donde los jugadores tienen
los ojos vendados
Del otro lado puede haber
un rey
una pared
un pez
También puede estar el adversario.
Pero el adversario tiene
los ojos vendados
y abraza al rival
por error
El terreno se vuelve
piedra
fango
asfalto
cápsula
Los jugadores desconocen
las reglas
pero las respetan
puntualmente
El reglamento pasó
por tanto cielos
que revela un lenguaje intrincado
un alfabeto de números
o latidos
Entonces
el premio puede ser
la derrota
los perdedores agitan el pecho
de alegría
los ganadores sufren el tormento
de no haberse equivocado.
Los que juegan
tienen los ojos
vendados
y no saben cuántos son
ni cuántos días
ni cómo
ni cuándo
ni quién
les vendó
los ojos.
Un juego que dure la vida y en el que nunca importe el resultado, que nos haga divertir como chicos que se olvidan de todo lo que esté fuera del juego. Ese juego quiero jugar yo.
ResponderEliminarSalut, Betina.
Y yo, Rob. Salut.
EliminarOiga, usted está hablando del juego cotidiano que jugamos con demasiada solemnidad sin permitirnos el arrebato? Un abrazo.
ResponderEliminarAy, vea... yo no sé muy bien de qué estoy hablando cuando me pongo a jugar con las palabras... Son ellas las que hacen y deshacen las reglas, las que me toman de la mano y me hacen entrar o salir de la ronda, esconderme, gritar piedra libre, cumplir una prenda, contar hasta 100 o hasta mil, perder, ganar o quedar fuera del juego.
EliminarLe juro, yo no sé.
Otro abrazo
¿Como la vida misma, no? A veces pensamos que ganamos y el tiempo nos va demostrando que el éxito solamente nos trajo desdichas. Pero aunque tengamos los ojos vendados y no sepamos cuándo, ni cómo, empecinadamente queremos seguir jugando.
ResponderEliminarLa pintura o escultura, así de ambigua es la imagen como el poema, me remitió al "Ensayo sobre la ceguera" de Saramago antes de leer tu poesía.
Un abrazo y que tengas un buen día, Betina!
Mirá, lo que más me gusta de este juego de palabras es la idea de que el premio sea la derrota, y que los ganadores sufran "el tormento de no haberse equivocado".
EliminarLa idea de que "perder" no sea necesariamente algo malo y que equivocarse sea algo que vale la pena, eso...
Un abrazo, Eleonora.
Betina, anduve buscando al artista, gracias a la Luna descubrí esta maravilla, no puedo salir de mi asombro. Por las dudas te pego el link a un video que está en su página. Esculturas, como arrecifes de corales en el fondo del mar. Nunca había visto una obra así: http://www.underwatersculpture.com/film/
ResponderEliminarViste qué hermosura? Yo experimenté el mismo asombro cuando descubrí las esculturas bajo el agua de este artista, un universo deslumbrante, perturbador, una propuesta originalísima...
Eliminarlos ganadores, ¿pierden?
ResponderEliminarDepende; en ciertos casos creo que sí, que hay ganadores que pierden. Lo triste- para ellos- es que ni siquiera lo saben.
EliminarMe quedo con eso de que “los ganadores sufren el tormento de no haberse equivocado”. Esos ganadores que son pura pompa, relucientes, tan eficaces pero a la vez tan poco interesantes. Me gustó mucho. Un beso.
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