Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

26 de junio de 2013

Uno quisiera


                                                                  Imagen: Maribel Caro    



Uno quisiera que fuese cierto.
Que por una vez alguien ponga las manos en el fuego por el otro y elija, llegado el caso, quemarse.

Uno quisiera creer que esa mujer de voz temblorosa y resuelta que defiende a su marido sin  fisuras- porque sí, porque es su hombre y lo ama- dice la verdad. Porque uno debería saber con quién comparte la vida, y si uno sabe, debería poder plantarse con esa determinación al lado de su compañero cuando el mundo se viene en contra.

Uno quisiera que fuese cierto. Y que el amor estuviera por encima de las especulaciones canallas, las hipótesis cretinas, las teorías de Los Honestos masticadas durante horas y horas y horas con los restos del horror, con el pellejo de la tragedia.

Uno quisiera que ese hombre sencillo común y corriente, a quien su mujer defiende, su familia defiende, sus vecinos defienden, sea de verdad un hombre bueno, que se ganó por bueno el amor de los suyos.

Uno quisiera que quienes se restriegan las manos deseando que ese amor no sea cierto, que no sea posible la bondad, que no tenga lugar esa lealtad inquebrantable, se equivoquen escandalosamente. Que se atraganten con su veneno, sus miserias, su vida chiquita.

Uno quisiera que la verdad salga a la luz. Y que esa verdad diga que este hombre sencillo, a quien su mujer  ama incondicionalmente, es inocente.

Uno quisiera.
Yo quiero.




10 comentarios:

  1. Esta cavilación me hizo leer otras de tu luna, que también me gustron mucho...
    Me imagino a qué te referís en este caso, Betina. Hace rato que yo me encuentro en un estado de perplejidad ante lo que los medios masivos de comunicación quieren hacernos creer como verdad. Tanta descarnada mezquindad, tanto show del melodrama, tanta falta de pudor me ofenden y hacen que me desconecte.
    No quiero ser parte de ese voyerismo vil. Que la justicia, aunque lenta, encuentre la respuesta.
    Un abrazo grande.

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  2. Qué difícil opinar con la seguridad de que mis palabras no van a herirte a vos o a quien fuera que comparta tu noble deseo y lea esto.
    La verdad es que yo ni quiero ni no quiero creer en su inocencia (o en la de ella). Simplemente no les creo. Lo que me pasa es que no veo sus argumentos, su defensa concreta. Yo me defendería con hechos, palabras, documentos, hasta con coartadas. Pero ellos no lo hacen ni lo han hecho. Más bien diría que se han justificado. Y no concibo que un servidor público, el más importante de todos, se enriquezca indebidamente (amparándose en la ley o no) a costa del pueblo que lo honró con su voto. Sea del signo político que fuera y haya gobernado como lo haya hecho.
    Confieso de paso que descreo de la política, de la nueva y de la vieja. Nuestras corporaciones (la política incluida) son inmensamente corruptas. Es nuestra condena.
    Y aclaro que no odio a nadie. Odiar es espantoso.
    Un beso, Bet. Si algo de esto te ofende, te pido disculpas.

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  3. Yo quiero que el culpable, la pague. Así tenga cara de bueno y su mujer lo ame. Así sea un juez, un político o un trapito. Yo no reniego de nada que conforme la sociedad, sino de que cada uno no ocupe el lugar que le corresponda, no cumpla con sus obligaciones pero exija derechos, no se ponga los pantalones largos.
    En este país es demasiado fácil decir cosas, hablar por hablar como lo hace la prensa o la doña que va a la verdulería. Y nadie se hace responsable por lo que dice. Simplemente, borra con el codo lo que ayer escribió con la mano. Y después nos quejamos de la política, como si los diputados nacieran de un repollo.
    Un abrazo.

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  4. A veces me pregunto si cuando aseguramos creer en la justicia realmente lo hacemos. Porque para mucha gente las culpabilidades o inocencias están demostradas mucho antes de que lo diga cualquier juez. En este caso al que aludís o en muchos otros. Somos jueces voluntarios, entusiastas y completamente intuitivos. Y los medios de comunicación son parte del problema.

    Saludos, Betina.

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  5. Yo también quiero que se encuentre al culpable, sea quien sea, y que cumpla la condena que le quepa por lo que hizo.
    Yo no digo que este hombre sea inocente o culpable, porque no lo sé.
    Tampoco pondría las manos en el fuego por él, porque no lo conozco.
    Yo digo que quisiera creer en la posibilidad de que un hombre que parece bueno, lo sea. Y quisiera creer que el amor que despierta entre los suyos, sea genuino,
    Es eso nada más, un deseo, un acto de fe, no una aseveración.
    Son las ganas de que alguna vez ganen los buenos, sobre todo por la asquerosa manipulación que hacen los medios, que cada 10 minutos lo lapidan o lo eximen según convenga. Y porque no soporto la facilidad con que muchos se suman al linchamiento de alguien "por lo que dice la tele".

    Hermes, no me hieren en absoluto tus palabras, es tu opinión y es respetable (y respetuosa).

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  6. Quiero suena mucho más proactivo.
    Ojalá se cumpla la fe que sentís.

    Un beso

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  7. Betina, no puede conocerse a nadie por television; a través de los medios todos son buenos. He visto videos sobre criminales de guerra nazis, es decir, gente que mandó a incinerar a millones de personas, los he visto acariciando a sus mascotas, a sus nietitos. El ser humano es extraño y el mal, como dice Hannah Arendt es banal, estúpido, para nada inteligente. Igual la tragedia del mundo es tan grande que el caso Angeles, explotado hasta el cansancio por los medios, no debería ocupar un solo instante más de nuestra atención. Siempre sigo tu blog y tus textos.
    Luis, de Suspendelviaje.

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    1. Luis, por supuesto que no puede conocerse a nadie por televisión. Por eso mismo, antes del comentario anterior, aclaré:" Yo no digo que este hombre sea inocente o culpable, porque no lo sé. Tampoco pondría las manos en el fuego por él, porque no lo conozco. Yo digo que quisiera creer en la posibilidadde que un hombre que parece bueno, lo sea. Y quisiera creer que el amor que despierta entre los suyos, sea genuino".

      La tragedia del mundo, como decís, es demasiado grande; el caso Ángeles es la tragedia del mundo a la vuelta de casa.
      No me parece banal prestarle atención.

      Gracias por pasar, Luis.

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  8. Ah, estaba yo armando mi puesto cuando una voz de mujer me dijo: "¿Te puedo hacer una pregunta?" "Dos", contesté en automático. Y cuando levanté la vista me encontré con el micrófono de Canal 13 ante la boca y un camarógrafo filmándome (auch) "¿Por qué pensás que el caso de Ángeles Rawson se mediatizó tanto?"

    Por rating, contesté, porque da rating. Debería haberlo dejado ahí, pero me explayé a gusto (me pongo colorada de acordarme). "Es un caso apasionante, con todos los componentes de una tragedia griega: violencia, posiblemente sexo, está la figura del padrastro... toda esa cosa oscura... y ciertas declaraciones que nos parecen frías, entonces la gente se engancha". Recuperada la cordura terminé con un más sensato "...y nos olvidamos que detrás de todo está la muerte de esta chiquita".

    Cómo me arrepentí, sobre todo porque nombré al padrastro pensando en los personajes de una tragedia griega (padre, madre, etc), no tanto por él mismo. ¡Más después de ver que lo juzgan por portación de cara! En fin, de todo se aprende (no pude evitar reírme de la foto donde tiene los ojos como dos huevos duros y la boca hecha una raya finita, parece responsable de todos los crímenes de la dictadura).

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    1. Entiendo que te haya dado cosa haber expuesto públicamente tu opinión sobre un caso tan doloroso y complicado, pero no dijiste ninguna pavada. Yo también creo que se mediatizó porque da rating, y da rating porque desde los griegos hasta hoy, nos sentimos interpelados por los actos humanos que se salen de lo que dicta la razón, la moral, la religión, la ética, y que sin embargo, para nuestro horror, forman parte de lo que somos.
      Y por otro lado, toda la literatura policial (anche las series y películas) nace y se nutre de estos casos que desafían la lógica y ponen a prueba nuestra intuición y capacidad deductiva. No es raro que, por estos días, todos seamos detectives...

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