Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

25 de marzo de 2013

Bienvenido, impaciente


                                                           Foto: Bet Z


Ya lo saben, es una de mis estaciones preferidas: apacible, apenas fresca, con unas tardes preciosas y unos colores increíbles de bonitos.
Igual hay que decirlo: este año se zarpó. A mitad de febrero, una espera mucho verano por delante, andar en remerita, shorcito y ojotas, leer junto al río, tirarse al sol como un lagarto, disfrutar de noches cálidas y de caminatas a la luz de la luna. Pero no: poco después del 15 de febrero, el verano se terminó abruptamente, bajó el telón, the end. Y en su lugar llegó un frío inoportuno, días grises y ventosos, lluvias imprevistas, la incertidumbre. 
Ese interregno me agarró desprevenida; me tuvo confusa por dentro y por fuera, como destemplada, haciendo pie entre zonas de frío-calor, alegría y melancolía, expansión e introspección, energía y fiaca extremas, blanco y negro, y unos cuantos grises poco bienvenidos.
Ayer, finalmente, lo recibí como se merece: diciéndole una vez más cuánto me gusta su sol que acaricia sin arder, sus veredas de hojas de mil colores, sus árboles mudando de piel, su viento que acompaña sin aturdirnos, como una música bajita, de notas amables.

Así que bueno, vos sabrás qué loco designio te llevó a pisar el escenario antes de tiempo, a insinuarte sin aparecer del todo, a atropellar al verano corriéndolo de un plumazo. Vos sabrás.
Yo no sé. Ni me importa saber.

Yo solo te celebro.

16 comentarios:

  1. Bueno,aquí la primavera está perezosa, así que el tiempo es más bien otoñal...¿Se estarán aunando los hemisferios?...Bico

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  2. ¡Qué lindo texto, Betina! Freso y hermoso, como tus fotos.
    A mí también me encantan estos días de sol. Y yo personalmente le agradezco al señor Otoño haberse adelantado porque empecé las clases en febrero y con los calores normales me siento muy miserable. Pero sí, cada mañana me pasa lo mismo, demasiado pronto para las botas, pero con las sandalias me muero de frío... llevaré paraguas...
    Un abrazo y hasta la próxima.

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    1. Gracias, Eleonora!

      Ah, seguro, empezar las clases en medio del verano es horripilante... Es que hace mucho tiempo -e'cir, cuando yo era una niñita- el verano duraba hasta el 28 de febrero, y en marzo, cuando empezaban las clases, ya hacía un fresqute importante (algo de eso evoqué en este post: http://lunavalencia.blogspot.com.ar/2012/04/cuando-el-invierno-era-invierno.html) .
      Ja, tal cual, botas o sandalias...toda una disyuntiva! (carezco de calzado "intermedio").

      Abrazo otoñal

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  3. No imagina cuánto he agradecido esa irrupción temprana del otoño; ahora sólo deseo que nos acompañe con sus amables modales tanto tiempo como pueda, demorando la llegada del Capitán Frío y su rayo inmovilizador.

    Salut, Betina.

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    1. Me alegro por usted, entonces!
      Y no nombremos al Capitán Frío, a ver si también se le ocurre aparecerse antes de tiempo, brrrr...

      Salut, Rob

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  4. También la mía, pero es la mía. Si, es mi preferida. Y quiero que venga con todo su amarillo, su gris y su melancolía... Un abrazo.

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    1. Creo que el otoño va a subir al podio, con todo su encanto y misterio.
      Otro abrazo, Darío.

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  5. Qué lindo escribís, Betina! Hermosa bienvenida al otoño, que también es mi estación preferida, seguida por la primavera, a pesar de las alergias :)
    Un beso

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    1. Gracias, Laura!
      Otoño y primavera, coincidimos :)
      Y el verano, cuando no se zarpa demasiado. Y el invierno...mmm menos, menos (aunque también tiene lo suyo).
      Besos

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  6. Hola mi querida!!! tanto tiempo!! jejej...
    otoño indeciso por estos días, ahora soleado primaveral!
    pero ya sabrá cuándo instalarse cómodamente del todo.
    hermosa época para fotos también :)

    besos Bet!

    que pases unos días preciosos!

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    1. Hola, hola!!... Me alegra volver a "escucharte", niña!

      Beso grande, que lo pases lindo también :)

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  7. El otoño llegó antes de lo previsto. (Parece el título de una novela) A mi no me gusta mucho, porque además de cumplir años, se me tapa la nariz.
    Atchisss!!
    Digo, salud!

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  8. Ahh !!, el otoño y su eterna melancolía. Sus tonos ocre.
    Por supuesto que hay que celebrarlo, es una forma de celebrar la vida misma, que avanza.

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    1. Es raro. La melancolía nos lleva hacia atrás. Y sin embargo, esta escena repetida (la llegada de un nuevo otoño, las veredas nuevamente cubiertas de hojas) sigue confirmándonos que la vida avanza.
      Sea como sea, es lindo. Y hay que disfrutarlo.

      Bienvenida Pink, gracias por pasar.

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