Me "huelen" a alguna estación de la zona norte del Gran Buenos Aires. Puede ser ? Las estaciones tienen muy buenos recovecos para la fotografía. Besos.
Gracias por tu comentario en Suspende, Betina. Vi El lector y vi la película también. Y es todo como lo decís. Esa mujer no era una mala mujer. Se limitó a cumplir órdenes y fue condenada por eso. ¿Fue justa la condena? La respuesta no es fácil para mí. La banalidad del mal y del bien es terrible. Gente buenísima puede acabar con todos nosotros por una pelotudez atómica. Ni siquiera por una idea o un principio vulnerado. Y todo, como también decís, tan pero tan triste Betina.
También vi la película (me gustó más de lo que esperaba). Sí, triste, pero algo de alivio hay en el final, algo de reparación (que no salva de la tristeza pero sí de la angustia... un poquito...)
A los visitantes de la Luna: el off topic tiene que ver con un post muy interesante de Luis en su blog: http://suspendelviaje.blogspot.com.ar/2013/03/los-buenos.html. De paso, les recomiendo calurosamente el post y el blog en general.
Estas fotos de estaciones me traen recuerdos de mi adolescencia en Vicente López; yo vivía cerca de la estación Bartolomé Mitre y así eran los puentes de hierro cruzado, los bancos de madera, sos muy buena fotógrafa, Betina. Y no solo por razones técnicas sino fundamentalmente porque tenés buen ojo, un ojo sensible que cuando mira algo lo transforma. En cuanto a los blogs y su supervivencia no soy optimista. Creo que ya nadie lee nada. O muy pocos lo hacen. Quizás mi problema sea el deseo de ser leído por mucha gente. Eso se terminó. En mi blog ya probé con todo para atraer lectores, desde fotos de desnudos a textos que parecen pornográficos pero no son. Y nada. El número de visitantes no deja de bajar. Creo que ya ni el sexo interesa. En fin. Voy a poner este blog entre las páginas recomendadas. Un beso. Luis.
Gracias, Luis. Las "razones técnicas"- que por ahora no domino en absoluto- siempre pueden aprenderse. El "ojo sensible", no.
Tampoco sé qué pasará con los blogs. En los tiempos que corren, pareciera que la gracia está en la novedad, en lo que se inventa hoy, ahora, lo de ayer se vuelve obsoleto, lo nuevo es cada vez más breve, cada vez más rápido, cada vez más "compartido", no hay tiempo para la elaboración, la reflexión, la lectura. No sé qué pasará con los blogs, pero sé que siempre hubo hay y habrá personas que no se suben a la corriente que marca la "tendencia", gente que prefiere quedarse lo más pancha a la orilla del mar, mirando sin apuro todo el proceso, desde que el sol comienza a descender hasta que termina de ocultarse en el mar, y le gusta verlo, y piensa sobre eso, y por ahi lo escribe, y por ahi otros lo leen. Uno, dos, tres, qué más da. Aunque es cierto: uno, al menos, debe haber del otro lado, un uno necesario para saber que no estamos hablándole al vacío. El día que lo único que nos vuelva sea el eco de nuestra propia voz, se habrán terminado los blogs. Veremos qué hacemos entonces. Hasta entonces, sigamos mirando cómo se pone el sol. Vale la pena.
¡La dos!
ResponderEliminarSaludos.
Anotada!
EliminarSalut, Rob.
Me "huelen" a alguna estación de la zona norte del Gran Buenos Aires.
ResponderEliminarPuede ser ?
Las estaciones tienen muy buenos recovecos para la fotografía.
Besos.
Frío, frío... :)
EliminarUn beso, T.
Qué buenas fotos! Me encantan, todas...
ResponderEliminarGracias, Eleonora... me gusta que te gusten :)
EliminarGracias por tu comentario en Suspende, Betina. Vi El lector y vi la película también. Y es todo como lo decís. Esa mujer no era una mala mujer. Se limitó a cumplir órdenes y fue condenada por eso. ¿Fue justa la condena? La respuesta no es fácil para mí. La banalidad del mal y del bien es terrible. Gente buenísima puede acabar con todos nosotros por una pelotudez atómica. Ni siquiera por una idea o un principio vulnerado. Y todo, como también decís, tan pero tan triste Betina.
ResponderEliminarTambién vi la película (me gustó más de lo que esperaba). Sí, triste, pero algo de alivio hay en el final, algo de reparación (que no salva de la tristeza pero sí de la angustia... un poquito...)
EliminarA los visitantes de la Luna: el off topic tiene que ver con un post muy interesante de Luis en su blog: http://suspendelviaje.blogspot.com.ar/2013/03/los-buenos.html.
EliminarDe paso, les recomiendo calurosamente el post y el blog en general.
Hermosas fotos!
ResponderEliminarChas gracias Mary P.!
EliminarEstas fotos de estaciones me traen recuerdos de mi adolescencia en Vicente López; yo vivía cerca de la estación Bartolomé Mitre y así eran los puentes de hierro cruzado, los bancos de madera, sos muy buena fotógrafa, Betina. Y no solo por razones técnicas sino fundamentalmente porque tenés buen ojo, un ojo sensible que cuando mira algo lo transforma. En cuanto a los blogs y su supervivencia no soy optimista. Creo que ya nadie lee nada. O muy pocos lo hacen. Quizás mi problema sea el deseo de ser leído por mucha gente. Eso se terminó. En mi blog ya probé con todo para atraer lectores, desde fotos de desnudos a textos que parecen pornográficos pero no son. Y nada. El número de visitantes no deja de bajar. Creo que ya ni el sexo interesa. En fin. Voy a poner este blog entre las páginas recomendadas. Un beso. Luis.
ResponderEliminarGracias, Luis. Las "razones técnicas"- que por ahora no domino en absoluto- siempre pueden aprenderse. El "ojo sensible", no.
EliminarTampoco sé qué pasará con los blogs. En los tiempos que corren, pareciera que la gracia está en la novedad, en lo que se inventa hoy, ahora, lo de ayer se vuelve obsoleto, lo nuevo es cada vez más breve, cada vez más rápido, cada vez más "compartido", no hay tiempo para la elaboración, la reflexión, la lectura.
No sé qué pasará con los blogs, pero sé que siempre hubo hay y habrá personas que no se suben a la corriente que marca la "tendencia", gente que prefiere quedarse lo más pancha a la orilla del mar, mirando sin apuro todo el proceso, desde que el sol comienza a descender hasta que termina de ocultarse en el mar, y le gusta verlo, y piensa sobre eso, y por ahi lo escribe, y por ahi otros lo leen. Uno, dos, tres, qué más da.
Aunque es cierto: uno, al menos, debe haber del otro lado, un uno necesario para saber que no estamos hablándole al vacío. El día que lo único que nos vuelva sea el eco de nuestra propia voz, se habrán terminado los blogs. Veremos qué hacemos entonces.
Hasta entonces, sigamos mirando cómo se pone el sol. Vale la pena.
Un beso