“Las cosas más
importantes son siempre las más difíciles de contar. Al formular de manera
verbal algo que mentalmente nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño
natural. Todo aquello que consideramos más importante está siempre demasiado
cerca de nuestros sentimientos y deseos más recónditos. Y a veces hacemos
revelaciones de este tipo y nos encontramos con la mirada extrañada de gente
que no entiende nada en absoluto de lo que hemos contado, ni por qué nos puede
parecer tan importante. Creo que eso es precisamente lo peor, que el secreto lo
siga siendo, no por falta de un narrador sino por falta de un oyente
comprensivo.”
Puede ser real. Lo cotidiano es sobre lo que se escribe. Aunque, qué será lo realmente importante? Un abrazo.
ResponderEliminarNo asocié estas reflexiones de King con la escritura sino con la experiencia de contarle a un otro (amigo, pareja, pariente)algo muy íntimo y significativo para nuestra propia vida, que nuestro interlocutor no logra captar en toda su hondura. Y esto puede ser por falta de sensibilidad-del otro lado- o por la dificultad de "reducir a tamaño natural" sentimientos irreductibles. Poner en palabras libera, pero también le pone un corset, un molde a lo inefable.
EliminarAbrazo, Darío
¿Será que las palabras son sólo la punta visible del iceberg de sentimientos que nos agitan?
ResponderEliminarSaludos, Betina.
Sí, creo que es una buena manera de describirlo. Por alguna razón, el iceberg completo no puede ser aprehendido (si no, pregúntenle a los pasajeros del Titanic :)
EliminarUn beso, Rob, me alegro de verlo por acá.
Es así para mí. Sin ir muy lejos mi tristeza de hoy, insondable, indecible. Tal vez no porque no haya un oyente comprensivo, si llegara a hablar lo hallaría, tal vez en momentos como estos no quisiera apabullar o agobiar a nadie.
ResponderEliminarY de alguna forma algo dije. Já.
Besos Bet querida ;)
Ay, ay... Siempre es bueno poder contar con un oyente comprensivo, pero también es cierto que algunos estados son difíciles de comunicar, hasta para nosotros mismos.
EliminarHoy ya es otro día, espero que esa tristeza se haya mandado mudar y te haya dejado liviana y dispuesta a dejarte atravesar por la alegría de esta mañana de primavera.
Beso grande, linda Axius!
La mayor cantidad de veces –en mi caso- la incomunicación se debe a los mundos distintos que habitamos unos y otros.
ResponderEliminarEs cierto que alguna vez encuentro interlocutores comprensivos, pero suelen habitar mundos parecidos al mío.
Un beso! (tanto tiempo!)
Para ciertas cosas, lo mejor es no probar con interlocutores extraterrestres... (uy, me acordé de algo, voy a compartirlo en un post).
ResponderEliminarBesos, Hermes (sí, che,tanto tiempo!)