Foto: Bet Z
Las que siguen son algunas respuestas a la pregunta formulada por la revista La Balandra: "¿cómo reconocer la poesía de lo que no lo es?" *
"Los más bellos versos parecen siempre escritos en una lengua extranjera. Aunque sea la propia, con la sintaxis normal y las palabras más simples de todos los días. La poesía abre su extranjería en el interior de la lengua materna." (Beatriz Vignoli)
"No creo que (la poesía) esté limitada al género que toma su nombre, sino que se presenta de improviso en muchas páginas de narrativa (...) Rulfo fue una revelación poética muy importante para mí. Una verdadera conmoción. Recuerdo la emoción estética que sentí al leer "No oyes ladrar los perros" (...) Leía y releía esos diálogos (...) como en una especie de encantamiento. Leer a Rulfo fue para mí (...) la revelación de la poesía. (...) En su decir- y en el de todo buen poeta- las palabras son talismanes. Objetos de poder."
"Definir la poesía no es posible, ya que la materia que la constituye es precisamente el misterio, la belleza y el abismo. Sin embargo, podemos reconocerla. No a través de un análisis racional sino por un saber que proviene de lugares más recónditos. Cuando hay poesía, sabemos que está allí. El alma, sabe." (Silvia Arazi)
"La poesía no es solo una cuestión de entrenamiento técnico, hay algo visceral que no puede ser sustituido. En poesía, nada suena peor que lo falso. Fraguadores de linduras-decía Vallejo-ved cómo viene el agua por sí sola, sin necesidad de exclusas; el agua que es agua para venir y no para hacernos lindos". (Florencia Abbate)
Pienso entonces:
La poesía como una una lengua secreta oculta en las palabras que decimos todos los días.
Las palabras talismanes.
Lo que el alma sabe.
El agua que es agua para venir.
* (gracias, Anahí!)
De nada, querida Betivia.
ResponderEliminarQué bueno que hayas disfrutado de tu Balandra.
Besos.
Sigo disfrutándola...¡es inagotable!
EliminarBesos para ti, querida Anahí :-)
No por simples menos preciosas definiciones. UN abrazo.
ResponderEliminarEn rigor, más que definiciones son testimonios de diferentes experiencias poéticas, y también me parecieron preciosas.
EliminarAbrazo, Darío.
¡Qué lindo! Betina, ¿me podrías pasar los datos bibliográficos de la revista para incluir estas citas en mis clases? Justo estoy enseñando poesía. Un abrazo grande.
ResponderEliminarAhí van:
EliminarLA BALANDRA (OTRA NARRATIVA). ESPECIAL POESÍA. NÚMERO 9. INVIERNO 2014.
www.la-balandra.com.ar
Otro abrazo!
Muchas gracias, Betina o Betivia... Hoy fui a buscar mi libro a lo de Anahí y me contó de dónde viene el nombre con el que te llama ella, ja, ja... Ahora sé tu secreto.
EliminarBesos. Lili/Eleonora.
Pero qué estómago resfriado esta chica! :-)
EliminarBesos
El alma sabe... Cuando era pibe creía que la poesía no era tal sino rimaba. Ahora sé que ni siquiera necesita de las palabras. Como el blues... que es mucho más que un par de notas musicales. Ambos están más allá de su propia estructura y de las definiciones, aunque estas tres que nos regalas son muy buenas... Un abrazo, Bet!!
ResponderEliminarDe chicos todos creíamos que poesía era "en el cielo las estrellas..." Con el tiempo, tal como decís, advertimos que ni siquiera las palabras son imprescindibles. La experiencia poética puede estar en la música. Y también en el silencio. Abriendo o cerrando los ojos. Poder percibirla, en cualquiera de sus manifestaciones, es una gracia.
EliminarAbrazo grande, Sinhué.
PD: Extrañaba la luz cálida de esta luna valencia, que no ofrece plenilunios ni novilunios, pero sí cavilaciones (propias o ajenas), poesías, juegos de palabras, personajes mágicos con oficios tan necesarios... Anotaré en mi diario: permanecer más cerca de La luna de Valencia...
ResponderEliminarpd: anote, anote... y haga los deberes (que por acá se siente mucho su ausencia!)
EliminarPoesía eres tú, Betina.
ResponderEliminarConsejo general de un extremista. Prenderle fuego a todos los ejemplares de La Balandra. Es un producto comercial que nada tiene que ver con la poesía sino con el negocio de los talleres literarios. Limitarse a sentir la vida sin veladuras y leer los grandes que son pocos: César Vallejo, Rimbaud, Jorge Teillier, Emily Dickinson. Ninguno de ellos perdió tiempo en balandras.Vuelvo al piropo inicial para suavizar mi extremismo.
Poesía sos vos, Betina Z.
Un abrazo desde Suspende.
Gracias, Gustavo Adolfo ( y eso que mi pupila es marroncita nomás).
EliminarLo bueno de extremistas como vos es que anticipan la bomba un segundo antes de arrojarla.
A ver:
1. Me gané la revista en un sorteo anual que generosamente organiza mi amiga bloguera Anahí como festejo por el cumple de su blog. Ergo, esa revista llegó a mis manos gracias al azar y a la generosidad de Anahí. Es un buen comienzo.
2. Debo ser muy lerda, pero ni me avivé de que alguien hiciera publicidad-explícita o encubierta- de ningún taller literario.
3. Me gustó que algunos/as poetas intentaran poner en palabras de qué se trata el asunto. Más me gustó que ninguno haya osado definir nada. Solo comunicaron sus experiencias.
4. Disfruté mucho de la entrevista a Diana Bellesi.
5. El domingo pasado, tirada debajo de un árbol junto al río, leí un par de poemas de Sharon Olds, de quien no tenía noticias. Lloré como 10 minutos. O más. Hace mucho que un texto no me revolvía las tripas y el alma de esa manera.
6. El diseño de la revista es tan lindo. Las hojas tienen un color cremita que es una caricia para la vista. Y está llena de dibujos de balandras, brújulas y aves marinas. A veces no leo nada, solo la hojeo y miro lo linda que es.
7. Me falta un montón para leer, y nuevos poetas que descubrir.
8. Ah, leí un poema de Pedro Lemebel que me pareció buenísimo.
9. Antes, durante y después de La Balandra intento sentir la vida lo mejor que puedo. Te debo a todos los grandes poetas, pero anoto.
10. Gracias por el piropo inicial. La bomba ni se sintió.
Otro abrazo