Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

25 de enero de 2013

Contar la verdad (aunque sea una mentira)



Hace unos cuantos años vi La camarera del Titanic, una película de Bigas Luna que me sorprendió gratamente. Aunque el título hacía presumir una cosa, me encontré con otra: no era una película sobre el hundimiento del Titanic y las vicisitudes de sus náufragos. Era una de las más originales historias de amor que conocí y, también, una historia sobre el poder de la palabra, sobre la fascinación que una buena narración ejerce sobre cualquier auditorio, por más rústico que sea.

Revolviendo- como es mi costumbre- en una librería de viejo, me encontré hace poco con la novela que dio origen al film: La mucama del Titanic, de Didier Decoin. Me dio curiosidad y era muy barata, así que la compré. 
Debo decir que empecé a leerla sin grandes expectativas; su autor era un ilustre desconocido y me sonaba a novela editada para aprovechar el relativo éxito que tuvo el film. 
Hoy la terminé: es uno de los textos más bellos que leí en los últimos tiempos. 
Y la historia, mucho más compleja y conmovedora que la que cuenta la película. Resumo el argumento: 
Horty es un estibador de 52 años que vive con su esposa- Zoé- en una pequeña ciudad portuaria al norte de Francia. Cuando Horty gana por quinto año consecutivo el concurso como mejor estibador, recibe un premio especial: un viaje a Southampton, en Inglaterra, para presenciar la partida del Titanic. La noche de su llegada, como los hoteles están repletos, Horty acepta compartir su habitación con Marie, una jovencita de 22 años que se embarcará al día siguiente en el Titanic, como camarera. Aunque no tienen sexo, las horas que pasan juntos cambian para siempre la vida de Horty. Luego del naufragio del Titanic, y a partir de una foto de Marie, Horty (re) construye el relato de una pasión ilusoria. 
El relato de su noche con Marie llevará a Horty de pueblo en pueblo, con consecuencias imprevisibles.
 
Como el libro no se consigue fácilmente, voy a ir posteando algunos de los pasajes que más me gustaron (igual, les sugiero revolver las librerías de viejo, nunca se sabe...)

Cita 1: Escribir la verdad

El estibador tenía claro en su cabeza lo que quería decirle a Zoé (...) deseaba compartir con ella sus primeras impresiones sobre Southampton. Cuando caminaba por la ciudad en búsqueda del hotel de la Rada de Spithead había notado que el cielo adquiría un extraño color glauco (...) Intentó de varias maneras hacer entender a Zoé ese color verde. Pero ninguna le satisfacía. Al fin, escribió sencillamente la verdad: en Southampton, en abril, cuando cae la noche el cielo es verde.
Al leerlo, se dijo, Zoé pensaría probablemente que buscaba impresionarla describiendo una ciudad extraordinaria, exótica y absurda. Se preguntó cómo se las arreglaban los escritores para comunicar sus impresiones. Quizás ellos también escribían la verdad y por esa razón sus libros eran tan hermosos. Alguna cosa con ellos, las palabras justas, los verbos sencillos, decían a la gente: "A ustedes les cuesta creerlo, sin embargo todo ocurre como está escrito: el cielo es verde por encima de Southampton, y eso es todo."



6 comentarios:

  1. A veces se hace difícil transmitir por escrito una idea, por más simple que sea. En mi caso, me diluyo en descripciones.
    Otras veces todo fluye clarito y efectivo.

    Un beso

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    1. En su Decálogo del perfecto cuentista, Horacio Quiroga recomienda: " Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: `Desde el río soplaba el viento frío', no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla." Vicente Huidobro dice en su Arte poética: "Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;/ El adjetivo, cuando no da vida, mata."

      La sencillez, la precisión, la economía del lenguaje (decir lo necesario, no "rellenar" una idea con palabras "decorativas") parece ser la meta de muchos escritores. Más allá de que haya prosas más floridas y otras más austeras, lo que más me admira del trabajo de un escritor con la palabra es, justamente, cuando consigue decir mucho con muy poco.

      Un beso, ojo

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  2. Es hermoso cuando nos encontramos con éste tipo de libros que en apariencia pueden ser "uno más", y terminan sorprendiéndonos gratamente.
    Me pasa mucho también con los discos, y me produce un gran placer.
    Muy bella cita Betina !

    "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira"(Ramón de Campoamor y Campoosorio).
    Besos.

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    1. Sí, estos hallazgos dan mucha alegría! Al mismo tiempo me pregunto cómo es posible que obras tan hermosas pasen desapercibidas, sin pena ni gloria. Y también pienso cuántas otras joyitas nos estaremos perdiendo sin saberlo...
      En fin, la historia del arte debe estar plagada de talentos desconocidos.

      Tiene razón, don Ramón! Vargas Llosa dice: "La ficción es una mentira que encubre una profunda verdad; ella es la vida que no fue, la que los hombres y mujeres de una época dada quisieron tener y no tuvieron y por eso debieron inventarla." Algo de eso le pasó al entrañable Horty...

      Besos, T. !

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  3. Estupendo fragmento, apunto el libro. Gracias por compartir el descubrimiento.
    Un beso.

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    1. Es un placer compartir las lecturas que nos hacen felices. Ojalá consigas el libro!

      Un beso, Jon.

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