Imagen: "Barco sonámbulo", Pavel Bergr

6 de julio de 2012

Segismunda



                                                        Imagen: Benjamin Lacombe



De chica tenía un sueño muy extraño y perturbador: soñaba que tenía una familia, diferente de la real, y que esa era mi verdadera familia. La otra- la que yo creía real- era la familia soñada.

Así, soñaba que mi vida real era un sueño del que despertaba solo cuando me dormía, es decir, cuando "despertaba" a mi verdadera vida.

Cada noche, mi familia- la del sueño- me esperaba para inaugurar juntos un nuevo día. Y cada mañana, cuando abría los ojos a la "realidad",  ellos me daban las buenas noches y me deseaban dulces sueños.



A veces, todavía me pregunto si es posible tener alguna certeza al respecto. 




5 comentarios:

  1. Yo aprovecharía la situación sin preguntar demasiado: se duplican las fiestas de cumpleaños, los viajes, los abuelos que te malcrían... puras ventajas.

    Tenga Ud. plácido finde, Betina.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Usted cree? Mire que también se multiplicarían las desventajas...

      Gracias, espero que lo hayas pasado lindo.

      Eliminar
  2. Respuestas
    1. Así parece. El asunto es poder distinguir cuándo estamos dormidos y cuándo despiertos, cosa que a veces no resuta tan fácil...

      Eliminar
  3. Yo imagino ahora al amante perfecto. De veras, no hace mucho, como un juego. Juego al "como si", como si tuviese un amante perfecto. Y me sirve mucho, me da seguridad. ¿Cómo no plantarme ante la vida? Tengo un amante perfecto, que adora cada parte de mí y encuentra mis defectos de lo más encantadores. :-)

    ResponderEliminar