Imagen: maria allemand |
Ahora tomo por una calle lateral
y entro en una zona de edificios altísimos
cien, quinientos, mil pisos.
Todos los pisos tienen un balcón
y en cada balcón hay una persona
hombres y mujeres
en todos los balcones.
Una mujer sostiene en sus manos
un aparato de plástico naranja
con un cable verde
interminable
que se comunica con otros tantos
aparatos de plástico naranja
que resplandecen en todos los balcones
como chispas de un incendio inconcluso.
Entonces
alguien acerca el aparato a su boca
e inmediatamente
mil personas acercan el aparato a su oreja
mientras el cable se estira
como un tallo gigantesco.
El mensaje es:
Lidia es una egoísta
Los sonidos trepan como
hormigas desaforadas
y un enorme reflector
enceguece la calle
en un punto exacto
Y Lidia corre
tropezándose en una red
de mil ojos
tropezándose en una red
de mil ojos
la luz va a tragársela
y ella corre
los aparatos crepitan como
moscas quemadas
el tallo se agita como
un mástil de agua
el silencio es total
Y Lidia estampa su figura
en el asfalto
en el asfalto
multiplica la sombra de sus huesos
y se zambulle en un remolino de viento,
mientras su falda, atrapada en
un poste de luz,
un poste de luz,
flamea en una leve despedida a lunares.
El reflector se apaga.
Es una noche tranquila de verano
y no hay nada que mirar.
El edificio de mil pisos está ahí,
con sus balcones desiertos
y sus persianas bajas.
Cuando me alejo,
algo
como un llanto quieto
se escurre por la alcantarilla.
Saco de mi bolsa
un pañuelito a lunares
me sueno la nariz
salgo de la Zona.
Los edificios roncan como dinosaurios.
Cuando era chica hubo un edificio de 10 pisos. Hubo un grupo de niños y niñas asomados a los balcones con sus flamantes walkie talkies, en una silenciosa noche de verano. Hubo una Lidia. Y, quién sabe, quizás haya habido unas de las tantas oscuras, secretas conspiraciones que los niños son capaces de urdir y que, mucho tiempo después nos visitan en forma de sueños o de pesadillas.
Hubo una Lidia y hubo un niño visitado en sueños y pesadillas pero 'Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí'
ResponderEliminar(¿quién es el autor de tan estremecedor poema?)
Un beso grande
Monterroso lo sabía: despertar no siempre garantiza el fin de las pesadillas.
Eliminar(la autora del poema sono ío,la soñante; el poema, la improbable traducción de ese sueño perturbador)
Beso grande, doña
Es muy de ciencia-ficción ese poema, me encanta.
ResponderEliminarSaludos, Betina.
Sí, tiene razón... Pero como de ciencia ficción retro, ¿no? Porque los "aparatos de plástico naranja" con un "cable verde" no parecen ser lo último en tecnología celular... :)
EliminarMe alegra que le haya gustado, saludos Rob.
Estimada Bet:"Oniromaquia" o "lucha o guerra de sueños", como la "Gatomaquia" de un escritor español (muy inferior a usté), todo bien, pero sospecho que este es un sueño suyo,un sueño muy cruel, y usté estuvo en ese edificio, diria casi Torre de Babel, con su walky talky,y persiguio a Lidia, que acaso fue Ud. misma, ya que en los sueños esta permitido contrariar los postulados aristotelicos. Sin duda este es un relato que supera a las fabulaciones borgianas.
ResponderEliminarSaludos de su mediocre admirador.
No sé cómo le habrá ido a Lope con los gatos, pero yo suelo lidiar a brazo partido con /en muchos de mis sueños; a veces me va como a Lidia y otras, un poco mejor.
EliminarSí, sin duda mi relato supera esas torpes invenciones (por algo nunca le dieron el Nobel).
Que tenga buenos sueños, coco
Tiene razón Rob, el poema es muy ciencia ficción y me recordó el estilo cyberpunk de W. Gibson.
ResponderEliminarLa felicito ¡es muy bueno!
Gracias!
ResponderEliminar¿Sabe que no leí nada de Gibson? Tuve una época muy ci-fi, por la que desfilaron Bradbury, Sturgeon, Philip Dick, H. Fast, Le Guin, (hasta Calvino con Las cosmicómicas, que me divirtió muchísimo)... pero se ve que cuando llegó el ciberpunk, a mí se me dio por bajarme de la nave y ver qué andaba pasando en la Tierra :)
Beso, conde.
Que le habrán hecho a Lidia sus vecinitos...
ResponderEliminarQuise volver a leer este posteo más tranquilo. Me gustó mucho el texto. Interesante, estimulante y auténtico.
También me recordó vagamente otras cosas.
Puntualmente a Moebius, recientemente fallecido. Nunca fue de mis preferidos, pero el tipo era muy bueno. Evoqué algún dibujo suyo, leyendo.
Buenos sueños
Lo que a mí me reulta interesante y sorprendente es lo que un texto propio-fruto de una experiencia y un sueño personales- puede evocar en otros.
ResponderEliminarAhora que Ud. lo menciona, recuerdo vagamente algunas historietas de Moebius publicadas en Metal Hurlant y en la revista Fierro (todas propiedad de O.), que leí hace mucho tiempo.
Buenos sueños para usted también (aunque "buenos" no siempre signifique "dulces").